Diario de León

Conferencia de presidentes en Salamanca

Sánchez intenta contentar a los barones no nacionalistas con la chequera de la UE

El Gobierno reactiva con 10.000 millones la Estrategia de Reto Demográfico, pendiente desde la cumbre de 2017

Pedro Sánchez, Fernández Mañueco y Felipe VI caminan por el claustro del Convento de San Esteban antes de la Conferencia de Presidentes. JMGARCIA

Pedro Sánchez, Fernández Mañueco y Felipe VI caminan por el claustro del Convento de San Esteban antes de la Conferencia de Presidentes. JMGARCIA

Publicado por
S. Escribano
León

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De hace un año a esta parte han cambiado muchas cosas y lo han hecho a mejor en el relato de Pedro Sánchez. De la Conferencia de Presidentes del verano pasado en San Millán de la Cogolla (La Rioja) a la de ayer, en Salamanca, ha variado el panorama. Mucho para el presidente español. «Creo que claramente hemos avanzado y para bien», sentenció en la capital charra, momentos antes de encerrarse con los presidentes de las comunidades —con todos menos con el catalán Pere Aragonés— para hablar de la pandemia, de los fondos europeos de recuperación y de la despoblación en el corazón de la España despoblada y envejecida.

A esa idea del cambio de escenario se agarró Sánchez, en Salamanca, para intentar vender a los dirigentes autonómicos que España está a punto de torcer el brazo, una vez más, al coronavirus. De la mano de un acopio extra de vacunas tras un mes de julio con el reparto de viales de capa caída, y con dos chequeras listas: una del Fondo Europeo de Resiliencia y Recuperación y otra para pagar medidas contra la despoblación.

El socialista hizo cuentas y le salió la suma. Dijo que el Gobierno repartirá entre las comunidades este mismo año 10.500 millones de euros de la dotación de la UE para zurcir las reformas postcovid y sumó otros 10.000 millones de euros para medidas de lucha contra «el reto demográfico». Era su manera de intentar contentar a los presidentes de la España no nacionalista. A los del PP, pero también a los suyos los del PSOE, que se sentaron a la mesa con el lehendakari, Iñigo Urkullu, sabiendo que el vasco ya había aviado lo suyo antes de sacar billete para la capital charra, acordando en un vis a vis un refuerzo de fondos con la participación en la gestión de las tasas Google y Tobin, y mejoras en el IVA. A eso suman que Cataluña se trabaja lo suyo por su cuenta. Lo de «las perras», en definición del extremeño Guillermo Fernández Vara. O el trato «cada vez más asimétrico» entre comunidades que denunciaba el gallego Alberto Núñez Feijóo.

Las reformas

El dinero suavizó una cita de seis horas en la que siete comunidades reclaman fondos según los habitantes

Los dirigentes del PP escenificaron su posición crítica, de oposición a Sánchez, junto a Pablo Casado la tarde-noche del jueves en la capital salmatina. Con Isabel Díaz Ayuso ganando enteros entre los simpatizantes. Hubo cena, saludo desde el balcón y ronda de la tuna. Los populares jugaban en «casa Mañueco».

Frente a todas esas críticas que el equipo de La Moncloa ya daba por descontadas antes de salir hacia Salamanca, el presidente del Gobierno se reafirmó en el cambio de tendencia sanitaria y económica. «Hoy tenemos vacunas y estamos afianzando la recuperación», argumentó. Como prueba, tiró de la Encuesta de Población Activa recién publicada que arroja 110.000 parados menos que hace cuatro meses y más de 400.000 afiliados nuevos a la Seguridad Social. Y están, subrayó, los fondos europeos para engrasar la cogobernanza. Y la Estrategia Nacional contra el Reto Demográfico para intentar contentar a la España vaciada. Uno de los acuerdos que se lograron en la última Conferencia de Presidentes de la etapa de Mariano Rajoy, la de enero de 2017, que no cumplió el popular y que se ha demorado hasta este momento. «Si no hay un cambio en la inercia de las políticas, donde vamos perdiendo población cada vez seremos menos y donde la ganan cada vez serán más», resumió el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

Sobre todo eso giró el debate de una reunión que empezó con la foto de familia en la imponente Plaza Mayor, con buena parte de los ministros arropando a Sánchez. En ese aperitivo se escucharon vítores a España y a Felipe VI y algunos abucheos al presidente del Gobierno. Los dirigentes políticos y el rey se trasladaron después al convento de San Esteban que, con sus ocho siglos de historia, acogió la vigesimocuarta Conferencia de Presidentes.

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