Diario de León

El sospechoso de la muerte de Esther López hizo dos borrados en su navegador

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El principal sospechoso de la desaparición y muerte de la vecina de Traspinedo Esther López de la Rosa manipuló el sistema de navegación de su vehículo, un Volkswagen T-Roc, hasta en dos ocasiones, una de ellas cuatro días antes del hallazgo del cadáver de la joven, el 1 de febrero de 2022, localizado en una cuneta en la carretera a poca distancia del centro del pueblo, y otra dos meses más tarde, el 2 de abril, de forma que «no es posible recabar información sobre el hecho investigado».

Así lo apunta J.L.T, el perito experto en la materia, formador a su vez de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y miembro del Grupo de Trabajo de Interpol-Tráfico Ilícito de Vehículos que ya en junio emitió un informe preliminar ahora completado en el que ratifica, una vez examinadas las unidades electrónicas del turismo de Óscar S.M, que en el mismo se produjo un «borrado intencionado de eventos y averías».

PERICIA EN ELECTRONICA

«Se realiza un borrado intencionado de los diferentes eventos y averías relacionados con la manipulación electrónica, impidiendo saber y recopilar información en las fechas del hecho investigado», indica el perito, quien añade en sus conclusiones que para ello se requiere de un «técnico con altos conocimientos en materia de electrónica del automóvil».

El informe es uno más que en forma de goteo siguen llegando al Juzgado de Instrucción número 5 que investiga la desaparición y muerte de Esther López, desaparecida el 13 de enero tras una noche en la que estuvo con distintos amigos, entre ellos el aludido Oscar S.M, propietario del turismo que, según las hipótesis de la Guardia Civil, pudo ser el que atropelló mortalmente a la joven.

En uno, la Guardia Civil califica de «compatible» que la madrugada de la desaparición de la joven, el 13 de enero, su teléfono móvil estuviera posicionado sobre las 03.26.25 horas en el domicilio familiar de Oscar S.M., lo que unido a restos biológicos de la fallecida en la chaqueta de él y el maletero de su turismo siguen manteniendo en el ‘disparadero’ a la persona que supuestamente fue aquella noche la última en verla con vida. La jueza cree que no hay pruebas suficientes.

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