Diario de León

El baile del ahorcado

¡Chicas, todo es posible!

León

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Si esto es hacer historia, me meto en la cueva. La discusión intelectual está en pañales. Peor, porque los niños no saben hablar ni reflexionar, pero lo que mueve este tipo de decisiones, lo que repta bajo la ausencia de debate, es el terror, el miedo cerval a que te llamen fascista cuando lo fascista es callarse ante cuantos pisotean los derechos de las mujeres. Los primeros que han mirado hacia otro lado han sido los machos, los tíos que consumen Sports Illustrated, una revista que desde siempre ha mostrado el vigor del cuerpo femenino en biquini, y ahora aceptan que el recato del burka se convierta en portada. Hay intereses económicos detrás, pero hay más.

Se callan cuantos (el cuantas va implícito) denuncian el uso explícito que se hace del cuerpo de la mujer como cliché del deseo sexual masculino, y otorgan que el multiculturalismo arrase con las conquistas de los derechos humanos. Se olvidan de que el sueño de una mujer por pasear su cuerpo en una revista no debe estar —según la altura de sus propios principios— por encima de la libertad, sin adjetivos.

Se callan que el burkini y el hijab —qué terrible que estas dos palabras sean ya de uso común en Occidente— son cadenas con las que se castiga a las mujeres en demasiados países, que hay personas encarceladas y asesinadas por negarse a acatar el velo, por luchar por hacerse visibles en una sociedad en la que ser mujer es poco menos que un delito. «¡Chicas, todo es posible!», dijo en su cuenta de Instagram Halima Aden con el cuerpo borrado por los imanes, en una muestra de la banalidad de un mundo que iguala la lucha de la libertad con la de la industria de la moda.

Se callan, nos callamos, pero el silencio es tan obvio y cobarde que resuena como las trompetas de Jericó. No he encontrado una imagen que defina mejor el lugar hacia el que nos encaminamos. Hubo un tiempo en el que la frontera entre Iglesia y Estado estaba clara, como las líneas rojas de los derechos humanos. Ahora, volvemos a la sumisión: ¡Chicas, todo es posible!

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