Diario de León

LEONESES POR EL MUNDO. ISRAEL | SERAFÍN PÉREZ CEREZALES. BIÓLOGO

«Choca ver a los jóvenes armados»

«Sólo llevan armas cuando hacen la mili, no asustes a los lectores que es un país muy chulo y luego no vienen», comenta este faberense sobre Israel,

Serafín Pérez Cerezales en el instituto Weizmann, al fondo el viejo acelerador de partículas.

Serafín Pérez Cerezales en el instituto Weizmann, al fondo el viejo acelerador de partículas.

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A. Calvo | ponferrada
Ponferrada

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«Se hace extraño empezar la semana el domingo -porque para los judíos el día de descanso es el sábado- y terminarla el jueves. Además el sábado la ciudad se paraliza, no funciona ni el transporte público». Esta es una de las principales diferencias que encuentra el joven Serafín Pérez Cerezales, que aunque nació en Soest, en Alemania, creció con su familia en Fabero. A sus 28 años, este leonés tiene un contrato postdoctoral para la investigación básica en el campo de la reproducción en el Instituto de Ciencias Weizmann, en Rehovot, Israel.

Licenciado en ciencias Biológicas y doctorado en Biología Molecular y Biotecnología por la Universidad de León, Serafín tenía muy claro que para mejorar en su profesión y «tener en el futuro más posibilidades de dedicarme a la investigación en España» se tenía que ir fuera de León. «Cuando terminé el doctorado mi idea era ir a un sitio de reconocido prestigio internacional en investigación y trabajar en un proyecto que me interesara acorde con mi experiencia. Tuve la suerte de encontrarlo todo en Israel y de que me aceptaran».

 

Cómo llega el espermatozoide al óvulo. «El objetivo de mi proyecto es descubrir y aumentar el conocimiento sobre algunos de los mecanismos moleculares que permiten al espermatozoide dirigirse hacia el óvulo en el tracto genital femenino. Durante mi doctorado en la Universidad de León me introduje en el tema, cuando terminé allí contacté con mi actual supervisor mostrándole mi interés por unirme a su grupo y un mes después estaba ya trabajando aquí», resume. Lleva cerca de medio año residiendo en Israel y reconoce que salir del país de origen y cambiar de aires permite «conocer otros sitios y gente nueva, y eso es muy estimulante».

Vivir en Israel le ha permitido «conocer otra cultura, practicar otros idiomas y, sobre todo, aprender nuevas cosas en su trabajo». Además del cambio en la rutina semanal al ser el sábado el día festivo, a Serafín también le ha impactado la situación militar que vive el país de Oriente Medio. «Eso sí, no me acostumbro a ver a los chavales que están haciendo el servicio militar armados hasta los dientes haciendo la compra o paseando por la ciudad, eso choca bastante». Ante la insistencia sobre este tema, el joven faberense se pone serio y explica: «Te cuento, los jovenes armados son chicos de entre 18 y 21 años que están haciendo el servicio militar -tres años para los hombres y dos para las mujeres-. Salen de los cuarteles y van uniformados, les está prohibido desprenderse de su fusil, como parte de su entrenamiento. Lo que no quiere decir que los jovenes en Israel lleven armas sistemáticamente; los que hacen el servicio cuando están de paisano por supuesto no las llevan. No me asustes a los lectores que luego no vienen y éste es un país muy chulo», remata.

Serafín calcula que volverá a España como muy tarde en dos años, cuando concluya su contrato en el instituto Weizmann, «a León lo veo más difícil porque allí no podré cumplir mis objetivos profesionales, pero nunca se sabe...». De momento, en agostó podrá regresar, durante sus vacaciones, a Fabero, donde estaba acostumbrado a pasar todos los fines de semana y volver a encontrarse con su novia, su familia y sus amigos, a los que tanto echa de menos.

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