Diario de León

CORNADA DE LOBO

Diario palomero 6

Publicado por
GARCÍA TRAPIELLO
León

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Monotonía natural en la crianza de los dos pichones de las torcaces que anidaron en nuestro balcón. Antes de un mes, volarán y adiós muy buenas. ¿Volverían a hacer aquí los padres su última puesta anual?... ¡como no pagan alquiler! Aún les cabe una nidada hasta agosto, dice el manual.

9 de julio: Qué velocidad de engorde en estos pichones; tienen solo cinco días y ya les cuesta ocultarse bajo la madraza que enclueca. Dice la ciencia que la «leche de paloma» es una de las más nutritivas entre las aves y que, si se alimenta con ella a un pollo de gallina, su crecimiento se dobla. Ríete del pelargón. Un dato: el pico de estos pichones -su cuchara- ya es más grande que el de sus padres (!) y les da un aire entre ganso y ornitorrinco. Ye que son feus.

10 de julio: La crianza va viento en popa. Está claro que las torcaces se hacen urbanas. También lo hicieron en su día las bravías, hoy domésticas. La torcaz sigue ese camino y encuentra en la ciudad más seguridad que en sus espacios rústicos, encinares, bosques... ¿es que también ellas se largan de la España vaciada?... mala señal entonces.

11 de julio: Les pongo cantos de torcaz que pillamos en internet... y ni se inmutan, ni gesto de curiosidad, ni encelan ni cuernos, están a lo suyo, obsesionadas. Ver a los pichones zampar es un poema a la voracidad; inflan la panza dos o tres veces al día y sus siestas son de canónigo antiguo. En youtube nos enteramos de anidamientos en balcones (generalmente vacíos) de no pocas aves; y hubo otra torcaz balconera en esta misma ciudad en junio de 2013, qué curioso. (Nota/ Morosas ellas, se resisten a pagar alquiler: apenas cagan ni en nido ni en tiesto y nos dejan sin su fértil abono, la palomina, tan cara en su día como el guano chileno).

13 de julio: Sin novedad en este alcázar. Qué familiares se ven estas tías para no haber sido nunca urbanas ni aceptar criarse en palomar, como la tórtola, que con la bravía, la zurita y la torcaz hacen el cuarteto palomero ibérico (la tórtola era pago obligado en el templo de Jerusalén y en Marrakech servía de «segurata» de su larga muralla).

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