Diario de León

Gente de aquí y de allá | Un paso atrás a la antigüedad

El placer por el trabajo

Gabriele Curtolo, gran maestro italiano del hierro, imparte esta semana el último curso de este verano del Centro de Oficios de León, Forja Artística Contemporánea

Gabriele Curtolo, a la izquierda, gran maestro del hierro

Gabriele Curtolo, a la izquierda, gran maestro del hierro

Publicado por
Andrea Cubillas - redacción
León

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Aunque la historia señala el oro como el primer metal que el hombre descubrió y manipuló, los años han demostrado que el hierro ha marcado el paso del hombre por la tierra. La aparición de este metal determinó una nueva tecnología para el servicio de usos militares y hegemónicos. Los griegos y romanos, grandes conocedores de este metal, perfeccionaron y mejoraron su elaboración a través de la instalación de los bajos hornos. En la Edad Media, con el aumento de la demanda de aplicaciones de hierro, empezaron a surgir especialistas que conseguían una mayor precisión y calidad en sus trabajos. Sin embargo, el oficio de forjador fue evolucionando hasta la Revolución Industrial donde la fuerte demanda requería una mayor producción a menor coste. Esta necesidad provocó que muchos talleres cerrasen y cambiasen su sistema de trabajo para adaptarse a las nuevas necesidades. Sin embargo, con el paso del tiempo aún son muchos los forjadores que siguen trasmitiendo a cada una de sus piezas todo el mimo y el cariño de siglos atrás. Este es el caso de Gabriel Curtolo, un italiano que desde muy pequeño supo que quería dedicarse a dar vida a las barras de hierro. Dio sus primeros pasos de la mano de un gran maestro que le acercó y le descubrió las maravillas de la forja clásica. «Es necesario empezar por el clásico. Así se lo enseño yo a mis alumnos. Pero sin duda, el moderno es mi pasión; te permite volcar tus sensaciones y dar rienda suelta a tu imaginación. Me encanta el hierro. Creo que el trabajo debe ser un placer, nunca un deber», expresó Curtolo. Fue en 1990 cuando este italiano decidió trasmitir toda su sabiduría a miles de alumnos de todo el mundo. Por ello, imparte lecciones en el Centro Europea en Venecia y en un taller en su ciudad natal Travesi que maneja en colaboración con su hijo. Y ahora, desde hace seis años, el Centro de Oficios de León en Puente Castro tiene la fortuna de contar con la presencia de este gran maestro. Durante esta semana, 15 alumnos de toda la geografía española asisten a las clases magistrales de Gabriele en el curso de Forja Artística Contemporánea. «El objetivo es que aprendan la técnica, ya no tanto que creen sus propias creaciones. En principio ellos se limitan a copiar piezas mías, para que lleguen a entender como se consigue cada resultado. Una vez que tenga la base, ellos mismos podrán plasmar sus propias ideas», explicó Gabriele. La forja es un trabajo manual que requiere fuerza pero también precisión. Por ello cada vez son más las mujeres que trabajan este material, como Mónica, la única mujer que participa en este taller. Licenciada en Bellas Artes se describe como una auténtica enamorada del hierro. «Fue amor a primera vista. Es un material que se entrega y te lo da todo. Es un trabajo que requiere paciencia, dedicación y mucha entrega y eso es lo que realmente te recompensa. Ves que le faltan dos golpes, y a pesar del trabajo que requiere, el resultado sabes que lo merece», afirmaba esta aragonesa. Después de 40 años de dedicación al hierro y trabajar por todo el mundo, Gabriele Curtolo se retira aunque confiesa que seguirá impartiendo lecciones en su taller y que regresará el próximo año a León a impartir un nuevo curso de forja artística. Así mismo, el Centro de Oficios cierra sus puertas y termina el ciclo de cursos prácticos de oficios tradicionales. Eso sí, sólo por vacaciones ya que volverá abrir cargado de nuevos cursos con el objetivo de fomentar la pervivencia de los valores y saberes tradicionales.

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