Diario de León

Esteban Barreales Crespo

«Esto sí que es el no va más»

Esteban Barreales Crespo juega a la Primitiva cada semana para cumplir su sueño: hacerse una casa cangrejera en su pueblo natal Valdavida, para él y su familia

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M. Blanco - león
León

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Amante de la naturaleza y de su familia, Esteban Barreales pasa los meses entre Valladolid y León en compañía de sus más próximos. De todos, la pequeña Marina es su tesoro, «es el no va más», afirma Esteban. Su jornada es completa: por las mañanas pasea por el monte unos 5 kilómetros mientras que ocupa sus tardes con la lectura y los crucigramas, dos de sus grandes aficiones. Sus 100 años recién cumplidos se dejan ver en el brillo especial que se observa en sus ojos cuando habla de sus vivencias, una mezcla de experiencia y de espíritu joven, de afán por conocer. Por este leonés, conocido popularmente como el «Tremendo del contorno» durante sus tiempos como luchador de lucha leonesa, parecen no pasar los años. Ni los días. Ni siquiera las caídas son capaces de vencer a Esteban que, al igual que durante sus año mozos, combina una apariencia frágil con una salud de hierro y una fuerza incombustible. La vida Esteban Barreales ha estado ligada siempre a León y a su tierra, Valdavida, que le vio nacer allá por 1906, jugar y crecer. Su padre, albañil, pasaba temporadas fuera de casa por motivos de trabajo, lo que hizo que Esteban y su hermano menor, tuvieran que acostumbrarse a vivir solos cuando su madre falleció. «Yo tenía 5 años. Apenas la conocí. Tan sólo recuerdo cuando mi padre me llevaba de la mano al cementerio», recuerda. Esta pérdida y el trabajo de su hermano como pastor, a cargo de su abuelo, hicieron que el mayor de los hermanos Barreales tuviera que aprender a cuidarse a sí mismo a una edad muy temprana. «Me crié solo y aprendí a cocinar. Así, hasta los 16 años me hacía la comida con un huerto que teníamos. Pero toda guisada, alubia verde, repollo..», comenta con una sonrisa. «Hasta los 26 años, estuve en el pueblo. Fue la etapa en la que más disfruté de la vida», afirma. Una época en la que comenzó a nacer la leyenda del Tremendo del Contorno. «Fui muy conocido durante mis tiempos de lucha leonesa. A pesar de ser muy delgado, levanté a tíos de 80 kilos. Una vez, le hice una media vuelta contraria a otro luchador y se partió dos costillas. Ahí todos se asustaron y comenzaron a llamarme el «Tremendo del contorno», recuerda Barreales. Con 26 años, Esteban fue enviado a Barcelona para incorporarse al Cuerpo de Seguridad y Asalto. «Yo, que tan sólo había salido del pueblo para hacer la mili en un cuartel de Pontevedra, al llegar a Barcelona me quedé impresionado», recuerda. Allí permaneció durante 18 meses, hasta 1934, momento en el que Esteban se trasladó a Valladolid, donde «una casualidad» le llevaría a conocer a la mujer de su vida, su esposa, Trini. «A las catalanas no las traté y estando de servicio en la estación de Valladolid, se presentaron dos mozas altas y bien presentadas. Las examiné enseguida como policía que era, una me gustó y no se me escapó», señala Esteban con picardía. Tras su boda en 1935, comenzaron a llegar los hijos, cuatro, de los cuales uno falleció a los 14 meses. Poco después, en 1941, la familia se trasladaba de nuevo a Barcelona. «Recuerdo los domingos en los que íbamos a la playa, al parque de las fieras... allí conocí yo lo que era un lobo», comenta Esteban. En 1948, los Barreales volvían a Valladolid, donde el patriarca reside. La naturaleza continúa siendo su pasión, después de que con más de 70 años viajara desde Valladolid en una vespino para descubrir los Picos de Europa. «Recoge cualquier papel que ve y, durante una temporada, iba al monte a podar pinos», comenta su hija Pilar. Su secreto, una copita de orujo después de cada comida. Salud, Esteban, para usted y por muchos años más. Fecha de nacimiento: 3 de agosto de 1906. Lugar: Valdavida (Cea) . Residencia actual: Valladolid. Familia: Tiene cuatro hijos (José Luis, Pedro, Ángel y Pilar), ocho nietos y siete biznietos

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