Diario de León
Publicado por
CORNADA DE LOBO GARCÍA TRAPIELLO
León

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M ueve a pena, si no a choteo, el desesperado y tantas veces ridículo esfuerzo del nacionalista cazurru y romu por «alcontrar» a toda costa «rasgus diferenciaes» con los que cimentar la fortaleza identitaria en la que los leoneses puedan sentirse un día lo que él diz que son: «distintos e impares», ¡alza el rabo, León!, realidad que proclama achusmando tras sus almenas hechas con sebes de bilorta retorcida. Y así va logrando embobar a algún huérfano de raza, forofos del «Mi tribu, the first» o cofrades del «Mi ombligu ye cuadrau» (como los testículos que el tigre bengalí lleva pegados al culo)... cuánta fantasía... y así cayó en la tertulia un artículo pináculo en ese lleunés ficticio que los listos atiborran hoy de una sintaxis castellana/urbana que jamás vieron las hablas leonesas. Y dice, vela’hí, «El Nadal na cultura llïonesa tien tres amuesas púbricas que la identifican y difrencian al respeutu d’outras: el ramu, los autos de los reis magos y las pastoradas ». Anonadaus quedemus con que esas amuesas (muestras) hágannos al fin identificaus y difrentes , los putos amos del orgullo terruñil.

Todo esto a Octavito le desencadena: hay aquí más majaerus que tejas en tó Sahagún; ni ramos de Navidad ni autos de Reyes ni Pastoradas son cosa propia o genuina de tierras leonesas, ni tampoco distintas de outras similares y vistas también de Elche a Monforte y de Potes a Barbate; son cosa y liturgia teatralizada traída de lejos por curas párrocos, pero jamás expresión de cultura popular propia... ¿es que resulta tan difícil hacérselo meter en su mollera?... ¿es que seguirán yendo de robaperas a falta de cosa propia?... y el botillo nació nel Bierzu, claro... por no hablar del último timo colado hasta en programa municipal, «la vieja del monte», patraña que quieren hacer navideña (nunca lo fue donde la hubo ni traía dulces o regalos), «originaria de aquí y suplantada a la fuerza por los Reyes o Papá Noel», resucitándola hasta en Trobajo, donde nunca se vio tal y donde, a falta de monte, debería ser en todo caso «la vieya’l cuestu». Si los vascos tienen al Olentzero y los catalanes al Caga Tió, ¿van a ser menos aquí?...

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