Para no olvidarse de tirar del badajo
Hispania Nostra promueve que el toque manual de campanas sea Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El campanero Pedro Delgado y dos de sus discípulos en la torre de Villabalter en enero. JESÚS F. SALVADORES
ana gaitero | león
Que las campanas de Europa doblen al unísono el día 21 de abril a las 12.00 horas. Y que lo hagan con toques manuales. Tirando del badajo con las manos, como toda la vida y como bien lo sabe hacer y lo enseña en León el campanero Pedro Delgado de Villabalter.
La consigna la lanza Hispania Nostra, organización que defiende el patrimonio en todas sus manifestaciones. Con esta campanada internacional se pretende que el toque manual sea declarado parte del Patrimonio Inmaterial de la Unesco. Desde Valonia a Flandes, desde Austria a Frisia, desde Ginebra a Lisboa y Oporto, desde Valencia a Liguria y desde Venecia a León y Zamora, el sonido de campanas y carillones será uno solo a lo largo y ancho del continente.
En la provincia de León ya se han sumado a esta iniciativa los pueblos bercianos de Santa Marina de Torre y Campo, además de la Basilíca de San Isidoro. La llamada es extensiva a todas aquellas localidades que, como Villabalter, con su maestro, Villavante, con su tradicional encuentro de campaneros o Fresno de la Vega, donde aún se toca a tente nube la noche del 31 de enero, tienen una larga tradición de toque manual.Las campanas doblarán por su propia identidad y memoria el viernes, con motivo del Día Europeo del Patrimonio Cultural. La Asociación Cultural de Campaneros Zamoranos ya se ha sumado a esta iniciativa que se desarrollará durante una hora. Desde este colectivo se pretende unir la reivindicación cultural con una campanada que también llame la atención sobre el problema de la despoblación que sufre el mundo rural. Hacer ruido donde reina el silencio.
El mecenas de Grajal de Campos, Richar H. Driehaus, patrocina la campanada en Valencia, donde los Campaners d’Albaida y el Museo Internacional del Toque Manual de Campanas se involucrado de forma activa.
Campaneros y carrillonistas harán sonar más de 1.000 campanas en todo el continente europeo y se calcula que unas 300 en España. Una tradición que ha perdurado durante siglos y que fue un medio de comunicación eficaz en los pueblos —para fuego, hacendera, concejo o muerto— se pierde por la despoblación y por la pérdida del conocimiento atesorado durante generaciones.