Los abrazos perdidos que se dieron gracias a una pantalla

La residencia de la localidad de Lorenzana ha sido una de las más golpeadas por el coronavirus en León. El aislamiento de los usuarios ha supuesto una brecha entre las familias pero Rubén, director del centro, ha hecho posible que las personas de dentro y de fuera salten ese muro de un metro y medio a través de la pantalla. Durante toda la pandemia los familiares han tenido restricciones de visitas para ver a sus familiares internos. A través de videollamadas las familias han podido estar unidas y proteger a sus mayores.

José Miguélez ha sido uno de los hijos que han sufrido el distanciamiento con un familiar. Su madre Valentina Maraña, de 91 años, cumple este domingo otro más y sigue con una sonrisa pese a todo lo que ha pasado durante la pandemia.

La primera ola comenzó como un mar de incertidumbre en la residencia. Todas las semanas se repetía la misma llamada telemática «Todo bien», respondía Valentina. José no sabía si era plenamente consciente de lo que estaba pasando fuera, pero la residencia les servía de coraza al exterior.

En las fechas de Navidad la situación se complicó, Lorenzana sufrió un brote en el cual se lamentaron las perdidas de muchos ancianos. Un gran número de usuarios se contagiaron, entre ellos Valentina. La primera vez que José llamó a su madre, Rubén apareció en la pantalla con un traje Epi, guantes de seguridad, y todas las medidas posibles. Su madre estaba contagiada. Afortunadamente, «Tosía pero se encontraba estupendamente». José se preocupó al principio ante la impactante imagen de su madre junto a Rubén uniformado con Epi. «Lo que más tranquilizaba era verla y saber que estaba bien», así continuaron las videollamadas para ver la evolución de la paciente que no presentó síntomas en ningún momento.

Hoy, tanto madre como hijo están vacunados. Valentina reconoce: «Lo pase peor con la segunda dosis de la vacuna que con el virus», aunque gracias al ciclo completo de las inyecciones la familia se ha podido reencontrar.

Han sido varias las veces que esta familia se ha visto. La primera vez fue después del confinamiento, las visitas fueron progresivas, al principio solo podían ir a ver a Valentina una vez por semana y una persona. Ahora, antes del comienzo de la quinta ola se podían reunir tres familiares. Debido a la actual situación de contagios, las normas de visita se han endurecido, pero aún así esta familia sigue unida y con ganas de que esto pase para poder reunirse libremente. «Verla siempre reconforta y nos saca una sonrisa», afirma José. «Quitando el contacto físico y la mascarilla todo vuelve a ser como antes».

La familia espera celebrar el cumpleaños de Valentina el 25 del año que viene. Por el momento este domingo lo pasará en la residencia. Los trabajadores festejan los cumpleaños de los residentes el último miércoles de cada mes. Todos se reúnen y comen pastas y otros aperitivos que las familias traen. Hasta que la situación mejore esta es la mejor manera de proteger y mantener felices a los mayores.

José también remarca el trabajo que los cuidadores han hecho por sus padres «No hay dinero en el mundo para pagar todo su esfuerzo». Las residencias han registrado en León 533 fallecidos y otros muchos con síntomas compatibles: «La carga emocional y el ver tantas pérdidas deja huella», por eso José y su madre están muy agradecidos a la residencia por todos los cuidados y atención que han recibido durante la pandemia: «Todas las medidas que han seguido rigurosamente para proteger a sus padres». Agradece José.

El simple hecho de conectar a los mayores con sus seres queridos a través de diferentes plataformas ha supuesto una gran diferencia para soportar mejor estos duros momentos de separación. El testimonio de esta madre y su hijo ha cambiado gracias a un puñado de píxeles y el simple: «Esta todo bien», de Valentina.

Con el lema ‘El mejor homenaje, un abrazo’ la asociación Acalerte —empresas de residencias— trata de recuperar todos esos abrazos robados en la pandemia de manera virtual el próximo día 26 de julio, en el día de los abuelos. Se tratará de visibilizar la importancia de recuperar, de alguna manera, esos abrazos que no se pudieron dar durante este último año.