Diario de León

La lucha contra la España Vaciada

Se busca pueblo para repoblar con refugiados

La Diputación de León insta a los ayuntamientos con necesidad de población a sumar al censo a personas que llegan a la provincia procedentes de otros países para emprender una nueva vida. Cinco asociaciones que trabajan con refugiados y la institución provincial buscan pueblos para repoblar.

Yeniffer con sus tres hijas, Zarai, Tiffany y Angelina, en la casa que Cáritas les ha facilitado en Arcahueja. RAMIRO

Yeniffer con sus tres hijas, Zarai, Tiffany y Angelina, en la casa que Cáritas les ha facilitado en Arcahueja. RAMIRO

León

Creado:

Actualizado:

Una familia de tres mujeres son un ejemplo de repoblación de la zona rural vaciada de León. La venezolanas Yaniffer Carrero, de 39 años y sus hijas Zaraí, Tíffany y Angelina, de 21, 18 y 10 años, viven en una vivienda cedida por Cáritas en la casa parroquial de Arcahueja, un pueblo cercano a León con 201 habitantes. Tras salir prácticamente con lo puesto de Venezuela, estas tres mujeres han sacado fortaleza de las dificultades y viven, trabajan, van al colegio y se relacionan con los vecinos a los que consideran «una familia». Son un ejemplo de lo que la Diputación Provincial quiere conseguir en el resto de los pueblos más despoblados de León con el proyecto ‘Nuevo comienzo’, una campaña de comunicación y sensibilización con la que quiere dar a conocer la oportunidad que para el medio rural leonés puede constituir el recibimiento de personas refugiadas. En este programa participan Accem, Cáritas, Cruz Roja, Diaconía y Hospital San Juan de Dios en una iniciativa para dar a conocer experiencias de localidades leonesas que se han visto reactivadas por la llegada de personas solicitantes de protección internacional. En estos momentos hay siete familias dispuestas a comenzar una nueva vida en uno de los pueblos de León que necesite un impulso de población. «Algunas son jóvenes y con hijos, lo que supone una oportunidad para consolidar las escuelas en los pueblos», destaca la vicepresidenta y diputada de Derechos Sociales, Carolina López.

La posibilidad de asentar familias de personas refugiadas en el medio rural es una idea que ya funciona en otros territorios en los que se han destinado importantes fondos a estudios y planes sin que haya trascendido el éxito de tal iniciativa. «En nuestro caso, hemos optado por analizar las distintas experiencias que, en este sentido, tenemos en nuestros pueblos, pequeñas localidades que han visto reactivada su vida con la llegada de personas en edad de trabajar, en muchos casos con menores que han devuelto la actividad a sus escuelas, y transmitirlas, darlas a conocer», señalaba. Las asociaciones pusieron como ejemplo experiencias que ya funciona en pueblos como Brañuelas, Cimanes del Tejar o Chozas. «Hay familias a las que atendemos que lo piden, prefieren vivir y trabajar en la zona rural, otros en cambio prefieren el entorno más urbano», explica Encarna García, de Accem. «Tenemos una experiencia con una familia venezolana que el padre es electricista y la mujer ayuda en trabajos a domicilio. Tienen hijos pequeños que van al colegio». Gracias a la llegada de las familias que busca refugio en León, Brañuelas tiene abierta una segunda unidad escolar, que se mantiene si hay cuatro niños para escolarizar, y más población censada.

Oportunidad

«Tenemos muchas viviendas rurales y pisos vacíos donde pueden establecerse»

San Juan de Dios también trasladó a una familia de sirios desde León a un pueblo de Valladolid. «Encontrar un trabajo no es tan complicado, pero sí una vivienda en la que vivir», destaca José María Lucas, del Hospital San Juan de Dios.

«Con esta triste realidad como telón de fondo, la problemática manifestada por las distintas entidades que trabajan con personas refugiadas en la provincia nos hizo pensar que de ambas situaciones podía surgir una oportunidad», destacó la diputada provincia. «Tenemos muchas viviendas rurales y pisos vacíos».

Compromiso

«Hace falta el compromiso de ayuntamientos, juntas vecinales y las personas que residen en las zonas»

El ejemplo de Yeniffer y sus hijas en Arcahueja demuestra el éxito de la experiencia. «Somos gente buena, trabajadora, alegre y responsable. Trabajamos, vivimos y compartimos nuestra vida con los vecinos de este pueblo. Después de tres años en León, tienen regularizada su situación. «Hasta ahora Cáritas nos ha ayudado con la casa, pero ahora que ya tenemos nuestros papeles y todo en regla pagaremos 50 euros de renta al mes».

El pueblo las ha acogido y las cuatro están satisfechas con una vida que recuperan después de superar las dificultades que supone «meter toda tu vida en una maleta de 23 kilos. Todo lo que eras se queda atrás. Tuvimos que comenzar de cero y Cáritas nos ayudó. Hoy tenemos regularizada nuestra situación, pero ha sido fácil. Mi hija mayor trabaja de asistente a domicilio, yo soy asistente geriátrica, aunque soy licenciada en Educación. en Venezuela tenía un negocio e electrodomésticos. Allí lo dejé todo».

La experiencia de Yeniffer se repite en las 715 personas que recibieron apoyo entre las cinco asociaciones que trabajan en León con personas que huyen de sus países por motivos religiosos, político y otras causas que les impide regresar.

La campaña que emprenden la Diputación Provincial y las asociaciones que trabajan con refugiados llegará a los pueblos con vídeos, diapositivas e información para que bien a través de ellas o a través de la Diputación Provincial, que hará de nexo de unión del proyecto, los alcaldes o pedanías interesados puedan ponerse en contacto con las personas que atienden a los refugiados. «El proyecto es importante para repoblar a los pueblos de la provincia con personas jóvenes que son una fuente de trabajo como el pastoreo o en la granja».

Tanto la diputada como las entidades sociales expusieron experiencias de personas que llegaron a León como solicitantes de protección internacional y que ahora se encuentran establecidas e integradas en distintos municipios de la provincia. «Es importante contar con el compromiso de los ayuntamientos, las juntas vecinales y las personas que residen en las zonas rurales para, a través del trabajo que desarrollan las propias entidades, se puedan seguir sumando casos»

tracking