León da un salto en la vacuna y alcanza a los nacidos en 2005

Los equipos de Atención Primaria pusieron ayer 3.755 dosis de vacuna en el Palacio de Exposiciones a la población más joven llamada hasta ahora para vacunarse en la campaña, lo que casi agotó las existencias previstas por lo que algunos convocados tendrán que volver hoy. Los nacidos en 2005 son los menores a los que se le ha inoculado la primera dosis a la espera de que se programe la vacunación de la franja de edad de los mayores de 12 años.

Los jóvenes, tras una espera de horas en una cola kilométrica, han cumplido con creces el cupo de inyecciones previsto. Una hora antes de que terminase el horario de vacunación, Protección Civil avisaba de que los viales se estaban agotando y, aconsejaba venir otro día ya que no podían asegurar la vacuna. Mañana se abre una nueva convocatoria de repesca para la población que no pudo recibir el vial. También están convocadas las personas de otras edades que todavía no tenían la primera dosis contra la covid.

Las altas temperaturas y el miedo a la aguja no han sido un impedimento para que los últimos convocados, por ahora, hayan acudido a su cita con la vacuna.

Atención Primaria registraba una de las jornadas más concurridas en lo que va de campaña de vacunación. El equipo ha destacado la colaboración y la alta participación en el llamamiento.

Los menores de 16 años tuvieron que acudir acompañados de uno de sus padres, ya que sanidad establece esta edad como necesaria de tutela.

Los jóvenes fueron vacunados con Pfizer, la mayoría, y con Moderna en menor medida. Las personas que ya habían pasado la enfermedad anteriormente no serán convocados para una segunda dosis debido a que se considera que los niveles de inmunización son suficientes. Los que afortunadamente no han contraído el virus tienen cita para el 21 de agosto. Fechas en las que se espera llegar al horizonte de una cercana cuota de inmunidad de grupo.

La mayoría de vacunados no ha presentado síntoma alguno tras recibir la dosis de la vacuna. Lo más común, una pequeña molestia en el brazo por el pinchazo y algún que otro mareo aislado.

El trabajo de la vacunación en el Palacio de Exposiciones es una cadena en la que todos los eslabones forman parte de un proceso conjunto.

En una esquina del recinto Pilar Calvo, de 47, y Elena Flecha, de 55 años, preparan las cajas de viales para su posterior distribución. Las enfermeras llevan a sus espaldas intensas jornadas de trabajo en las que preparan cerca de 4.000 dosis por día, pero aclaran: «El trabajo aquí es igual de importante desde Nuria, la chica de la limpieza, hasta la dirección». Las vacunas llegan en cajas frigoríficas, las enfermeras hacen el trabajo logístico para posteriormente pasar las dosis a Eva González, enfermera jefa. En un puesto de campaña, Eva, junto a un grupo de enfermeras preparan las inyecciones. Los botes son diluidos y de un viral salen 6 dosis listas para la vacunación.

A la cita acude Mario Ferrero, de 17 años, natural de La Bañeza. Tiene problemas respiratorios, no fue convocado en el grupo de la población de riesgo pero por fin ha recibido la primera dosis.

Gina Valencia tiene 17 años, es de origen colombiano pero reside en León. La cola y la espera para la vacunación le han parecido eternas, pero está contenta de haberse vacunado.

«Ya me lo he quitado de en medio». Samuel González dice estas palabras justo después de recibir el pinchazo y espera terminar pronto el ciclo.

Ángela Cachán, de 17 años, ya había pasado la enfermedad, por lo que ya ha completado la pauta y espera poder juntarse con su abuela sin riesgo de contraer el coronavirus.