Más contagio intrafamiliar de covid en hogares con dependientes y pobreza energética

La tasa de ataque secundario (TAS) de covid se dispara al 70% si no hay aislamiento en el domicilio del primer diagnosticado, una cifra «espeluznante», que está condicionada por la conciliación (presencia de personas dependientes en el hogar), condiciones de habitabilidad (hacinamiento, ventilación) y acceso a medios de protección como la compra de mascarillas.

Así se desprende de la investigación pionera sobre la incidencia de las condiciones de la vivienda y el sistema de cuidados como determinantes de la transmisión intrafamiliar de covid-19 con estudio de casos y controles en Castilla y León.

A partir de información recogida entre 278 personas, 96 casos donde hubo transmisión intrafamiliar y 182 controles (positivos de covid que no tuvieron contagios en casa), con un total de 586 convivientes, se ha concluido que la tasa de ataque secundario de covid-19 en los hogares de Castilla y León es más alta que en otros estudios estatales, al alcanzar casi el 30%. «La probabilidad de que haya transmisión secundaria, que una persona contagiada contagie a otra u otras, dentro de casa, es del 29,8%», precisa Sandra Robles Pellitero.

El estudio revela que uno de cada tres casos covid contagió al menos a un familiar y sitúa a Castilla y León diez puntos por encima de otras investigaciones. El equipo investigador, compuesto por cinco médicos y médicas de familia y un preventivista, quiso saber los motivos.

«En un segundo paso se relacionó esa tasa de transmisión con las características de las casas y los cuidados que se dan en ellas», señala la investigadora principal. El resultado fue que la probabilidad de contagiarse se multiplica por tres si hay dependientes en casa o si aumentan el número de convivientes; por cuatro si no se puede ventilar manteniendo después una buena temperatura o si no se usa mascarilla en caso de compartir estancias (un no uso relacionado con la falta de poder adquisitivo y situación de desempleo) y, por último, se cuadruplica el riesgo de que haya transmisión en el domicilio si el caso de covid comparte estancias, siendo los cónyuges las personas más afectadas en este caso.

El motivo de la conciliación familiar como factor que condicionó el no aislamiento del primer diagnosticado afecta especialmente a las mujeres, que tienen una «mayor afectación en los cuidados» bien por la presencia de dependientes bien porque la mayor parte de los convivientes del grupo fueran descendientes de los enfermos iniciales.

La limitación de espacio, relacionado con el ratio de hacinamiento y la ratio de personas/dormitorios, también fue determinante. «En este estudio la probabilidad de pertenecer a una vivienda con transmisión secundaria intrafamiliar se multiplicó por algo más de tres por cada aumento en una unidad en el número de convivientes y por 4,4 en aquellas viviendas en las que los convivientes compartieron estancias con la primera persona detectada», apunta el artículo publicado en la Revista Española de Salud Pública.

La pobreza energética es otro factor a tener en cuenta que aflora en el estudio de la transmisión intrafamiliar del covid. «La dificultad para mantener una temperatura adecuada tras ventilar, casi cuadruplicó la probabilidad de pertenecer a un domicilio con transmisión intrafamiliar de covid-19», apunta.

Algunos hábitos del primer diagnosticado que también influyen en la transmisión del virus dentro del hogar son mantener abierta la puerta de la habitación donde se hace el aislamiento, lavar la ropa conjuntamente con convivientes o con agua fría, compartir bolsa de basura o salir a tirarla o comprar y cuidar animales. «Probablemente estas actividades tienen relación con un aumento temporal y espacial de exposición de los convivientes, fomentando el contagio», indica el estudio.

Vivienda vulnerable

El estudio define como vivienda vulnerable a covid-19 «aquella con una o más condiciones entre: hacinamiento/necesidad de compartir estancias; pobreza energética, bajo nivel educativo, dependientes, imposibilidad de cuarentena, desempleo o dificultad para adquirir mascarillas así como uso limitado de ellas». Estos factores, concluye la investigación, «tienden a seguir el gradiente social en salud, haciendo que, de forma estructural y sinérgica, las personas afectadas sean más vulnerables a potenciales contagios intravivienda».

«La covid es una sindemia (la sima de dos pandemias excerban el pronóstico y suelen ser consecuencia de la inequidad sanitaria) en la que el contexto social tiene un papel importante: afecta más a las personas más vulnerables. Llueve sobre mojado...», afirma Sandra Robles Pellitero. La médica de familia de la zona básica de salud de Valencia de Don Juan es la investigadora principal del estudio pionero que firman también Irene Andrés-García, Óscar Hugo Martín del Barco, José Ignacio Santos Plaza, Isabel González Varas y Gonzalo Fermoso Álvarez. Las llamadas fueron realizadas entre octubre y diciembre de 2020 por ocho miembros del Grupo de Inequidades en Salud y Salud Internacional de la Sociedad Castellano y Leonesa de Medicina Familiar y Comunitaria (Socalemfyc).

No culpabilizar

Robles insiste en que no hay que «culpabilizar o enjuiciar a las personas afectadas por las decisiones que tomen en cuestión de cuidados o de aislamiento, sabiendo que existe un problema estructural de viviendas y contexto socioeconómico que tiene un peso relevante en dirigir esas decisiones».

Otra de las conclusiones que se extrae del estudio financiado por la Consejería de Sanidad a través de los proyectos de investigación covid-19 de 2020 y que acaba de ser publicado en el Revista Española de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, es que «mejorar la situación socioeconómica y laboral de las personas ayudará a superar la pandemia de forma global», opina la médica.

Sandra Robles plantea de cara a la prevención de futuros brotes o pandemias «pensar en viviendas con un sistema de habitabilidad con un mínimo de calidad». A nivel local considera que es importante que las autoridades sanitarias recaben la información necesaria para «saber si las personas afectadas pueden adquirir mascarillas y suministrárselas en caso contrario» pues el estudio ha demostrado que uso de la mascarilla «puede minimizar los riesgos de contagio intrafamiliar». Sobre las soluciones de aislamiento alternativo habilitadas en Castilla y León para personas con dificultades para cumplirlo en casa, las conocidas como arcas de Noé, el estudio desvela que sólo el 7,6% de las personas afirmó haber recibido información sobre recursos autonómicos, municipales o de otro tipo para aislarse fuera del domicilio».Como conclusión final sugiere que «deberían identificarse los hogares vulnerables para ofrecer soluciones rápidas y cercanas al lugar donde se vive en cuestión de cuidados y ayudas» ya que «suelen ser mejor vistos por la población, que prefiere no alejarse de su familia».

La doctora Robles Pellitero destaca que el estudio pudo llevarse a cabo con la colaboración del equipo investigador, las 19 personas expertas que ayudaron con el cuestionario y otros colaboradores. Por último, añade que «se pudo llevar a cabo porque la Atención Primaria llega a todo el mundo y es un activo que tenemos y al que hay que darle valor para seguir adelante».