Diario de León

Investigación

Sangre leonesa para despejar las dudas sobre la tercera dosis

Más de 1.700 personas mayores

Un hombre que vive en la residencia Piedras Blancas, de Carbajal de la Legua, ayer durante la extracción de la sangre para el estudio de anticuerpos. FERNANDO OTERO

Un hombre que vive en la residencia Piedras Blancas, de Carbajal de la Legua, ayer durante la extracción de la sangre para el estudio de anticuerpos. FERNANDO OTERO

León

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Cuando se cumplen seis meses del primer grupo inmunizado contra el covid en la provincia, las personas mayores, se pone en marcha la toma de muestras de sangre que determinarán el nivel de anticuerpos que conservan.

La investigación, que llevan a cabo la Gerencia de Atención Primaria de León y la Universidad de León, en colaboración con Semergen y Laboratorios Syva, se sumará a los estudios que se están realizando en todo el mundo para determinar la necesidad de una tercera dosis de la vacuna anticovid en toda la población o en las personas más vulnerables. «Queremos averiguar la respuesta inmune de los anticuerpos circulantes tanto por la vacuna como por la infección entre las personas que la hayan pasado», explicó el catedrático de Medicina Preventiva y Epidemiología de la Universidad de León, Vicente Martín.

A partir de la sangre que estos días se extrae a las personas residentes en geriátricos se realizarán dos determinaciones en laboratorio. La primera consiste en medir los niveles de anticuerpos anti-S por el efecto inmunitario de la vacuna y la segunda estudia si existen anticuerpos N, lo que determina si las personas han pasado el coronavirus.

Se trata de pruebas Elisa cuyos reactivos costarán unos 25.000 euros, cantidad a la que hay que añadir el trabajo que aporta el personal de Atención Primaria y del Laboratorio de Ibiomed de la Universidad de León.

Las muestras se están tomando en residencias de mayores del área de salud de León y participan de forma voluntaria más de 1.700 personas mayores. «En los pocos estudios que se han hecho se ha visto que la respuesta es duradera, más allá de los seis meses», apunta Martín.

Se ha escogido a las personas mayores porque se parte de la idea de que la obsolescencia de la inmunidad es más previsible y la respuesta inmunológica sea peor debido a la edad y a factores de salud. Las muestras de sangre se extraen al mismo ritmo que se realizó la vacunación en las residencias de mayores, desde el 27 de diciembre. «Es esperable que entre la población joven la inmunidad de la vacuna funcione mejor», comenta el catedrático. Por este motivo solo se ha seleccionado a los residentes y no al personal que trabaja en los centros, que fue vacunado al unísono en la primera parte de la campaña de vacunación contra el covid-19. Las extracciones las está realizando personal de enfermería de los equipos de Atención Primaria de León y de las propias residencias allí donde es factible. Las personas mayores que pusieron las primeras el brazo para estrenar las vacunas, son ahora las que aportan su sangre para hacer luz sobre los anticuerpos. «Estamos encontrando una buena respuesta», señala Martín. Se seleccionaron aleatoriamente y por sorteo una serie de residencias para cubrir la muestras de más de 1.700 personas que plantea el estudio.

Verónica Casado
La tercera dosis, a todo el mundo o a la población de más edad «está muy en debate entre científicos»

Una vez que se realice en el centrífugado de las muestras de sangre en el laboratorio, los sueros se congelan para su conservación. Se espera que los primeros resultados estén listos en septiembre. De manera excepcional se tomarán algunas muestras de glóbulos blancos para analizar la inmunidad celular (linfocitos T).

El estudio «es un paso más en algo que nos sorprende todos los días y más en concreto en la inmunidad que se consigue con las vacunas y la que queda cuando se ha pasado la enfermedad», explica el investigador.

La consejera de Sanidad, Verónica Casado, señaló ayer que ha encargado al equipo de expertos del covid que asesora a su departamento un informe sobre los sistemas de medición de los anticuerpos más adecuados para determinar los anticuerpos a partir de las evidencias científicas nuevas. Casado recordó que para estos estudios no valen los test rápidos de anticuerpos que se venden en las farmacias.

La titular de Sanidad recordó en la rueda de prensa en la que hace balance de la situación epidemiológica cada semana que la inmunidad puede ser celular o humoral. Sobre la posible tercera dosis de la vacuna señaló que «está muy en debate en la comunidad científica», por lo que habrá que esperar a disponer de los conocimientos necesarios para determinar si se pone y a qué sector de la población.

Los primeros estudios de presencia de anticuerpos por el coronavirus se realizaron al final de la primera ola del covid para lala encuesta de seroprevalencia que lideró el Instituto de Salud Carlos III.

Muchas personas que han pasado el coronavirus también son candidatas a un análisis de anticuerpos al finalizar el proceso de la infección. En concreto, en la provincia de León se han realizado 89.650 analíticas de este tipo, de las cuales 5.238 han resultado positivas.

El estudio de los anticuerpos después de la vacuna es novedoso y pionero en Castilla y León porque lo que se pretende es medir la circulación de la respuesta inmunológica después de un periodo de tiempo amplio —seis meses— posterior a la vacunación.

En el Ministerio de Sanidad todavía no tienen claro que vaya a ser necesria la tercera dosis a pesar de las afirmaciones que hizo al respecto su titular, Carolina Darias, hace unos días. Según una información publicada ayer por Redacción Médica, expertos del ministerio apuntan a esta revista especializada que aún faltan una serie de claves para dar por segura la revacunación contra el covid-19. A juicio de estos expertos, por un lado se hace imprescindible valorar «ensayos clínicos a gran escala para conocer la seguridad e inmunogenicidad de una tercera dosis y conocer, también, el comportamiento, en su caso, de pautas heterólogas de vacunación». Asimismo, consideran esencial tener datos sobre «los intervalos la entre pauta inicial y el recuerdo».

Estas fuentes también admiten que requieren de «ensayos adicionales con vacunas que incluyan las variantes (VOC) que circulen en la comunidad», así como «conocer la cinética de anticuerpos a largo plazo tras la pauta de vacunación».

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