Diario de León

Lucía Bodega, la 'Celestina' que lanza empresas desde la Vega del Esla

Lucía Bodega Pereira y Alber volvió a su  pueblo, Fresno de la Vega

Lucía Bodega en la oficina de su agencia instalada en su propia casa y con su hijo Pelayo. J. NOTARIO

Lucía Bodega en la oficina de su agencia instalada en su propia casa y con su hijo Pelayo. J. NOTARIO

León

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El padrón de Fresno de la Vega se refrescó el año pasado con seis nacimientos. Uno de los nuevos niños del famoso pueblo del pimiento morrón es Pelayo, el hijo de Lucía Bodega Pereira y Alberto Pérez Carrio, una pareja que retornó al pueblo por la pandemia y que aportan una luz en la falta de relevo generacional que sufre el mundo rural en general y la provincia de León en particular.

Lucía Bodega Pereira es la mayor de tres hijas de Berta y Ramón. Por sus venas circula la sangre emprendedora de la familia, aunque como la mayoría de jóvenes de su generación se imaginó un futuro fuera del pueblo. Estudió en la escuela rural y en el instituto de Valencia de Don Juan y a los 18 años se fue  a Valladolid. 

Empezó la carrera de diseño gráfico y tras dos cursos se traslada a Valencia, donde termina en la Escola D’Art i Disenny Valencia Easd. Enseguida encuentra trabajo en Madrid, en el WiZink Center, en el área de comunicación y marketin digital. «Hablaba con los artistas, hacia cartelería, grababa eventos, diseñé palcos vip...», explica.

Elton John Shakira se han publicitado con carteles realizados por esta leonesa por encargo del WiZink Center que también cuenta en su curriculum académico con un Máster de Análisis de Datos (Business Intelligent) para estudiar los efectos reales de las campañas de marketing y tomar las decisiones en base a esa información. «Mi objetivo es ayudar a las empresas a ser más competitivas, adaptándome en presupuestos, conociendo a fondo su historia y reflejando todo ello en la identidad de marca».

Con la pandemia se vio obligada a cambiar de rumbo. «Volví al pueblo. No tenía sentido quedarse allí. Mi padre me convenció de que podía empezar algo aquí. Quiere de verdad a su pueblo y quiere que sus hijas vivan en el pueblo», subraya.

Lucía vivía con su pareja, un joven de Villamañán, en Madrid. Ahora, él es agricultor autónomo en el pueblo —entró con el respaldo del programa de nuevas incorporaciones de la Junta— y ella lanza negocios desde el pueblo con Celestina Media (celestinamedia.es), una pequeña empresa de publicidad y marketing. El personaje de la famosa novela de Fernando de Rojas simboliza el objetivo de este negocio online volcado en ampliar los mercados a través del mundo digital: «Se trata de unir a dos entes, la empresa y los clientes y de promover la fidelidad a la marca. Que no sea una relación pasajera», explica.

La oportunidad
«Las empresas se están digitalizando y el mercado está en el comercio electrónico»

Con el covid  marcando restricciones, primero en casa y  luego en la hostelería, vio un nicho de mercado en el diseño de cartas digitales para restaurantes bajo el nombre Rest Cloud. La portada de su web es toda una declaración de intenciones: «Damos amor a tu marca o negocio», es el lema que resalta sobre la fotografía de una mujer sentada, con las uñas pintadas de rojo y rodeada de objetos que dan calidez a su entorno. «Me involucro mucho con las empresas para que sean competitivas con las grandes. Me adapto a sus necesidades con presupuestos personalizados y tengo mucho compromiso con los clientes».

Trabaja la identidad corporativa, campañas de publicidad, redes sociales, papelería, fotografía de producto... «Me centro en las pymes porque somos una pyme, en mi familia tenemos una pyme —La Huerta de Fresno— y veo sus necesidades», subraya.

También ha trabajado para empresas grandes como Ikea, para la que ha diseñado muebles, o el grupo Prio de gasolineras portuguesas. La empresa familiar, la nueva web del Grupo de Acción Local Poeda y una sección de Mujer Rural Emprendedora que desarrolla en las redes sociales son otros de sus proyectos.

Artistas como Amancio González, artesanas como Olga Moledo, restaurantes y otras empresas de la provincia, Madrid y Sevilla, han confiado en esta profesional activa e inquieta. «Siempre estoy desarrollándome tanto personal como profesionalmente para adaptarme a las nuevas tendencias y ofrecer soluciones mucho más actuales», apostilla.

Para repoblar
«Hay que poner casas a disposición de los jóvenes y así para facilitar que se instalen en los pueblos»

Donde no ha conseguido nada es el Ayuntamiento de Fresno de la Vega. «No he recibido ningún encargo, aunque pago aquí mis impuestos, soy vecina y voy a llevar a mi hijo a la guardería».

En general, en las instituciones locales ve un cierto atraso en el marketing digital. «La página web que se creó para los productos de León no tiene ningún tipo de proyección. Por nuestra empresa familiar sé que apenas se han vendido nada a través de esta plataforma», asegura.

El problema, añade, es que se invirtió dinero en la herramienta informática, pero no en el marketing. Por iniciativa propia presentó un proyecto para mejorar la página de la Cueva de Valporquero, pero tampoco tuvo suerte. «León está un poco casposo, es difícil llegar a las instituciones», lamenta.

Como emprendedora recibió una ayuda del programa de la Diputación provincial, pero le llegó dos años después. Lucía Bodega, que acaba de cumplir 29 años, además de emprendedora es asalariada. Trabaja a jornada completa en una empresa de Veguellina de Órbigo. Y en su ámbito profesional, lo que considera un logro. «Trabajo de lo que he estudiado en el medio rural y hay trabajo», apunta.

Es la responsable de marketing digital de Smart Dragon-Eco PC. Así que gran parte de su labor en su empresa la realiza por la noche y en los fines de semana. Ahora que acaba de finalizar la baja maternal experimenta un nuevo cambio en su vida.

Ahora ya no se imagina su vida fuera del pueblo. El salto de Madrid a León, al medio rural, ha cambiado su forma de ver las cosas. «Desde jóvenes queríamos salir y emprender fuera. Ahora nos hemos dado cuenta de que el valor está aquí.

Es donde más nos llena emocionalmente por continuar la tradición de nuestros padres», comenta María Bodega Pereira, la menor de las tres hermanas, con quien Lucía y otras mujeres de la familia han rehabilitado y acondicionado una casa familiar que heredaron en la plaza de un tío abuelo maestro y que han transformado en un recurso turístico. Una novedad en este pueblo que destaca por su huerta —está en plena temporada de siembra de pimientos en semilleros— y tiene varias industrias agroalimentarias.

Casa Tío Samuel, que conserva el ambiente de casa de los años 50 con las comodidades del siglo XXI y muchos documentos que muestran labores de escuela, ya tiene las plazas ocupadas para Semana Santa y reservas para el verano. Lo que más les ha llamado la atención es que los clientes son extranjeros. Tienen más proyectos entre manos aunque aún no lo quieren desvelar. «Queremos seguir ampliando», subrayan.

«No es fácil emprender en los pueblos, pero  ahora es una oportunidad para cualquier negocio digital y todo lo que se venda. Todo lo que te ahorras en alquiler lo puedes invertir en publicidad que les da mucha más visibilidad a nivel nacional e internacional», apunta. 

Entre las ventajas para estos negocios online en Fresno de la Vega menciona que «ya llegó la fibra óptica», lo que es imprescindible para una actividad como la que desarrolla Lucía Bodega desde su agencia, basada en la comunicación online y el trasvase de archivos que pueden llegar a ser muy pesados.

Lucía, Ángela y María, las tres hermanas Bodega, tienen otro viento a su favor. Las raíces y el patrimonio familiar que, junto a la agencia, son la base de retorno tras el periplo fuera de la tierra. Ángela, graduada en Comercio Internacional, se ha hecho cargo de la empresa familiar La Huerta de Fresno y María, que tiene los grados superiores de Administración y Finanzas y Asistencia de Empresas, teletrabaja para el programa de la PAC y tiene en mente pasar un par de años en Lisboa para aprender portugués, el idioma materno.

Pero no ven descabellada la opción rural para jóvenes que no tengan arraigo. «Hay muchas cosas de pueblo que están en auge: costura, jabones, etc. Tienen la experiencia y los medios. Hacen falta ganas», apuntan Lucía y María.

Las hermanas Bodega Pereira creen que las instituciones deben tomar conciencia de que es necesario poner viviendas en el mercado. «Para motivar a los jóvenes a que inviertan en los pueblos es necesario que los ayuntamientos tengan casas disponibles y les den facilidades porque las empresas y los negocios se están digitalizando y aunque sea una labor de toda la vida, su mercado va a ser el comercio electrónico». El futuro, y el presente también, es digital y en Fresno de la Vega ya tienen la tecla que hay que tocar.

 

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