Diario de León

Los 90 leoneses de Arrabal

Cuarto premio Leteo, gran seguidor del magistral de Ajedrez de León, reivindicador del Reino y firma de Everest con su ‘Teatro completo’, el genial autor celebra mañana su cumpleaños

Fernando Arrabal, que mañana cumple 90 años, en 2004 cuando visitó León para recibir el Premio Leteo. NORBERTO

Fernando Arrabal, que mañana cumple 90 años, en 2004 cuando visitó León para recibir el Premio Leteo. NORBERTO

León

Creado:

Actualizado:

Nació en Melilla pero él dice (o dijo, que en su caso suele haber cambios) que de ser de algún lado sería de «destierrolandia». Lo que está claro es que Fernando Arrabal, que mañana cumple 90 años, es un animal teatral a lo grande. El autor de texto más trascendente de España y el que más ha exportado su obra. De tan expansivo, su obra ocupa y deja huella. Y se dan varias circunstancias para asociar su nombre a León, eso sí, al más puro estilo Arrabal: diverso y disperso pero siempre genial. Aún queda en la memoria la paradoja televisiva del dramaturgo, autor de obra extensa que tuvo unos minutos de gloria surrealistas en la pequeña pantalla inaugurando un trending topic cuando nadie podría imaginar que existiera tal fórmula de celebridad.

Por eso no es anecdótica su conexión con León, que además nace por su propia iniciativa y que, en este caso, como él mismo confesaba, nacía de una de sus más grandes pasiones confesas: el ajedrez. Así, decía hace ya 13 años: «El Diario de León es importantísimo para mí porque en él leo las crónicas del Torneo de Ajedrez. Excelentes crónicas, yo las leo todos lo días. ¿Sabe? En León hay un torneo importantísimo. Yo, cuando sigo las partidas, no dejo que entre nadie en mi habitación. Usted tiene que decirles a los del torneo, si no lo han pensado ya ellos, que tienen que llevar el próximo año a dos grandes jugadores. Uno de 15 años, Fabiano Caruana, y una chica más joven aún, de 14 años, que es Hou Yifan».

En lo estrictamente literario, Fernando Arrabal, autor de La torre herida por el rayo o El cementerio de automóviles fue y es una de las estrellas del premio Leteo, el galardón impulsado por Rafael Saravia. Lo ganó en su cuarta edición e incluso fue el encargado de entregárselo a otra celebridad literaria francesa como es el caso de Michel Houellebecq. El espíritu transgresor de Arrabal, junto a su propia obra, fue el gran motivo de que su nombre figure en letras de oro en un premio que de manera artesanal esq un acontecimiento de largo alcance.

Pero como Fernando Arrabal es una caja de sorpresas, capaz desde la lejanía de afrontar lo más cercano, también sorprendió en su día cuando se refirió a Ciudad Rodrigo, localidad que en su biografía sitúa en lo profundo de su existencia y experiencia. Parecía imposible que surgiera la conexión con León, pero también en una cita en el Círculo de Bellas Artes, logró hacer estallar el factor sorpresa: «Que el teatro de Ciudad Rodrigo se llame Fernando Arrabal es muy importante para mí. Que los políticos de los dos bandos se pongan de acuerdo para declararme hijo también es importante. Así tengo patria chica. Y esto ocurre en León, porque Ciudad Rodrigo pertenece al Reino de León. Por cierto, ¿hay Reino de León ahora?», se cuestionó.

Cuando se publicó Teatro completo de Fernando Arrabal (Everest), dos formidables tomos que reúnen la obra del autor y cuya realización impulsó Gonzalo Santonja, Arrabal volvió a lanzar el lazo de su casualidad vital con León. El hito, en este caso de Santonja, fue doble. La edición no solo satisfizo a la crítica, sino que logró lo más difícil: al propio autor, que calificó los dos tomos de «joyas inhabituales». Prometió volver a León y lo hizo.

tracking