El alemán que disparó a León con su cámara

Cuando Otto Wunderlich dejó su Stuttgart natal para venir a España en 1914 solo era un fotógrafo aficionado. Su oficio era el comercio de minerales. Al poco tiempo empezó a hacer fotos de encargo para instituciones culturales y empresas, así como imágenes de los paisajes y monumentos que visitó durante 17 años. En León inmortalizó la Catedral, San Isidoro, San Marcos, la Plaza Mayor, el palacio de los Guzmanes, las murallas y el desaparecido Riaño. Su cámara captó algún personaje ‘peculiar’, como un desarrapado mendigo apoyado en la cerca medieval. Tipos populares que documentan, con admirable precisión técnica y exquisita sensibilidad, la realidad española de principios del siglo XX.

El archivo Wunderlich es la ‘joya de la corona’ de las veintisiete colecciones —más de 275.000 fotos— que el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) enseña ahora por primera vez, tras haberlas digitalizado. Estas imágenes, disponibles en la web del IPCE, son solo una parte del más de medio millón que conserva y que irá desvelando progresivamente.

Otro tesoro es la colección Pando, la más voluminosa, con 125.000 negativos recopilados entre 1915 y 2003 por esta saga familiar que inició Miguel Pando Barrera, quien, tras cincuenta años de oficio, pasó el testigo a su hijo, Juan Pando Despierto. Pando funcionó entre 1940 y 1993 como agencia fotográfica. Décadas en las que aceptaron encargos de museos, artistas, industrias, publicidad... Pero, al igual que Wunderlich, los Pando aprovecharon sus conocimientos fotográficos para captar el mundo y los personajes que tenían delante. Hicieron decenas de instantáneas de la transformación del convento de San Marcos en Parador en 1964. Los Pando también retrataron de 1955 el ‘moderno’ ambulatorio de los Hermanos Larrucea (actual centro de salud de la Condesa) y la visita de los ministros de Educación (Manuel Lora Tamayo) y Turismo (Manuel Fraga) a Posada de Valdeón en agosto de 1964. A ellas se suman fotos de los años sesenta del Cares, Oseja, la ermita de la Corona, Astorga, Boca de Huérgano o Ponferrada.

Entre las 27 colecciones que ha sacado a la luz el IPCE destaca el archivo Ruiz Vernacci, con más de 12.000 negativos de uno de los pioneros de la fotografía en España, Jean Laurent (1816-1886); el archivo Casa Moreno, integrado por más de 60 000 imágenes sobre colecciones de arte públicas y privadas tomadas por Mariano y Vicente Moreno entre 1893 y 1954; y el fondo Loty, cuyo autor, el fotógrafo portugués Antonio Passaporte, recorrió España entre 1927 y 1936 retratando sus ciudades, monumentos, pobladores y paisajes.

Un cartonero y leoneses típicos

Laurent, los Moreno y Passaporte desfilaron por León. El francés Laurent cambió su nombre, Jean, por Juan, cuando se instaló en España en 1843. Al igual que Wunderlich, no empezó trabajando de fotógrafo, sino, en este caso, como cartonero —hacía lujosas cajas para confiterías—. Pronto abrió un estudio de fotografía muy cerca del Palacio de las Cortes, en la carrera de San Jerónimo. Llegó a ser fotógrafo de la reina Isabel II. Comenzó haciendo retratos de estudio, luego reportajes de obras públicas y otros encargos y, finalmente, catálogos de ciudades.

Entre las fotografías que tomó de León, fechadas entre 1880 y 1886, hay numerosas de la capital leonesa, con todos sus monumentos, vistas de Astorga, Grajal o el monasterio de Escalada, además de destacadas obras de arte, como el cristo de Carrizo, el cáliz de Doña Urraca o el arca de los marfiles. Pero las más llamativas corresponden a 1878, en las que Laurent retrata a parejas ataviadas con sus vestimentas ‘típicas’: montañeses, ribereños, maragatos...

La mayoría de estos fotógrafos tomaron imágenes de la Catedral, que permiten apreciar los cambios que fue sufriendo el templo gótico desde finales del siglo XIX. Es el caso del archivo Casa Moreno, iniciado por Mariano y continuado por su hijo Vicente. Entre las fotos que preserva el IPCE hay cientos de las páginas del Antifonario de la Catedral y de la biblia visigótico-mozárabe de San Isidoro. Una de las más curiosas es la Virgen Blanca, en la fachada de la Catedral, protegida por una urna.

En la colección de Juan Cabré Aguiló (1888-1947) únicamente hay dos instantáneas de León. Corresponden a dos cinturones de bronce procedentes del yacimiento de Lancia. Entre los fondos de Loty hay cinco estampas de León realizadas por el portugués Antonio Passaporte (1901-1983). Se trata de cuatro imágenes de Astorga, con las murallas y el Palacio Episcopal, y una de la fachada de San Isidoro.

Muy pintorescas resulta el álbum de Aurelio de Colmenares y Orgaz, conde de Polentinos, quien a finales del siglo XIX inmortalizó el puerto del Pontón y un animado almuerzo en Oseja de Sajambre.

El llamado archivo H.B. es el más enigmático de todos. Un conjunto de 860 placas estereoscópicas hechas probablemente por un aficionado, entre 1913 y 1922. Nada se sabe de su identidad. Lo curioso es que hizo fotos de Pola de Gordón, la calle Merino (actual calle Ancha), de la Catedral vista desde la esquina de Domínguez Berrueta, también de la portada principal y la sur, así como la estatua de Guzmán.

Todos estos fotógrafos, cuyo legado desvela ahora el IPCE, han dejado un conjunto documental de extraordinario valor para León, ya que permiten contemplar las transformaciones del patrimonio cultural desde los inicios de la fotografía.

La fototeca del IPCE puede consultarse en esta dirección: http://catalogos.mecd.es/IPCE/cgi-ipce/ipcefototeca/O13485/ID6c8496ab?ACC=101.