El alma de la Catedral vuelve al quirófano

Es uno de los vitrales más antiguos de la Catedral de León. Se trata de la vidriera S. XV de la Nave Mayor, una joya del siglo XIII que convierte a la Pulchra en un templo gótico único en el mundo. La rehabilitación comenzará en breve —aún no ha sido desmontada— y tendrá un coste de casi 184.000 euros. El proyecto incluye además la rehabilitación de las fábricas del lienzo del ventanal, un trabajo que podría demorarse durante más de un año. El pasado, un mes antes del comienzo del confinamiento de marzo, se aprobó la puesta en valor de la vidriera N-XVI, también en la nave mayor —bajo el rosetón norte— y la TRN XVI ubicada en el triforio. Ambas se convirtieron en las primeras en ser rescatadas en el taller de la calle Dámaso Merino.

El proyecto es obra de los arquitectos Mariano Díez Sáenz de Miera y Jorge Díez García-Olalla y será restaurada por Esoca, la empresa que tradicionalmente ha realizado la labor de rescate de los vitrales desde el abandono de Luis García Zurdo.

Han pasado 18 años desde que un artículo de Diario de León que informaba del abandono del Taller de las Vidrieras por la falta de financiación de la Consejería de Cultura, puso en marcha un movimiento social que desembocó en un proyecto de salvamento que se tradujo en El Sueño de la Luz. Con este plan, nacido en 2005, comenzó la restauración de todas las vidrieras de la Catedral, que cubren una superficie de unos 1.800 metros cuadrados. A un ritmo de cien metros cuadrados por año, aún faltan por restaurar cuatro de los 31 ventanales, así como los del crucero y los de la capilla de La Virgen del Camino. En el año 2019 se reparó el ventanal S-XV, uno de los más antiguos, del siglo XIII. Al final, la recuperación de los 737 piezas, tres rosetones de ocho metros de diámetro, 31 ventanales de doce metros de altura y 48 espacios de diverso tamaño, se habrá prolongado, por lo menos, durante veinte años.

Desde que se puso fin a la entrada libre al templo con la inauguración de una tasa, las obras de la Catedral han sido financiadas con cargo a lo recaudado por los visitantes.

Sin embargo, los ‘achaques’ del templo aún son demasiados. A las esculturas de la portada occidental se suma el delicado estado de la piel que envuelve la joya del gótico. Así, merece la pena recordar que un equipo de investigadores trabaja en un recubrimiento para salvarla. Y es que el deterioro de la piedra es «irreversible», según destaca el arquitecto de Santa María, Mariano Díez Saénz de Miera la Catedral de León. De momento, María Fernández Raga, profesora del departamento de Química y Física Aplicadas de la Universidad de León investiga, desde hace cuatro años si un derivado del grafeno puede dar a la piedra mayor resistencia.

Además, aún queda por resolver el misterio del rosetón, cuyas deficiencias obligaron a transportarlo hasta Barcelona en el siglo XIX para su restauración. Al parecer, el emplomado realizado en el Estudio Rigalt de Barcelona en 1892 debió ser sustituido porque era de muy mala calidad. La pregunta es si, al mismo tiempo, el rosetón podría haber sido objeto de un ‘cambiazo’, como poco, en parte del mismo...