Diario de León

Arquitecturas solidarias abren Venecia al público

La pregunta planteada por el curador de esta edición, el arquitecto libanés Hashim Sarkis, es ‘¿Cómo viviremos juntos?’

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Las sociedades actuales deben avanzar hacia un mundo más inclusivo, con menos desigualdades sociales y respetuoso con la naturaleza, y la arquitectura jugará en esto un papel fundamental, defienden los participantes de la XVII Bienal de Arquitectura de Venecia, que abre hoy al público.

Este certamen vuelve a acoger a visitantes, hasta el 21 de noviembre, después de haber sido pospuesto en dos ocasiones el pasado año por la pandemia de coronavirus.

El virus no ha desaparecido, pero los países avanzan en la campaña de vacunación (aunque a ritmos desiguales) e Italia ha querido inaugurar esta exposición internacional como gesto de que la pandemia está cerca de acabar.

Los visitantes entrarán con mascarillas, se les medirá la temperatura en los accesos y habrá aforo en los más de 60 pabellones nacionales participantes y en las estructuras que albergan los eventos colaterales de institutos, fundaciones y organizaciones sin ánimo de lucro.

MÁS COLECTIVIDAD

La pregunta planteada por el curador de esta edición, el arquitecto libanés Hashim Sarkis, es «How will we live together?» («¿Cómo viviremos juntos?») y una idea que se repite en las iniciativas de los participantes: el mundo del futuro tendrá que prestar más atención a la convivencia.

Argentina defiende que los seres humanos viven en una «casa infinita» que es el planeta y que debe ser cuidada en todos sus rincones para que sea cada mejor para las generaciones venideras.

Chile trae a Venecia el movimiento social que revitalizó la población José María Caro, situada en el sur de la ciudad de Santiago, que en los años sesenta carecía de suministros básicos pero que los vecinos y otros trabajadores lograron revitalizar con su unión.

También Uruguay pide dialogar más y compartir opiniones sobre cuestiones como la migración, la ciberseguridad o el papel de las mujeres, asuntos que tienen un alcance global, mientras que Perú, que no ha podido estar listo para la inauguración, intentará estarlo en los próximos días y denunciará el sinsentido de un mundo enrejado.

PRESENCIA INTERNACIONAL

No es el único pabellón que no ha llegado a tiempo: los organizadores de la Bienal esperaron hasta el último momento para decidir si seguir adelante con la exposición, lo que penalizó los planes de algunos, como Australia. Para que todos los participantes compitan en igualdad de condiciones, el jurado de la Bienal fallará los premios en agosto.

Entre las iniciativas más llamativas de esta edición se encuentra el pabellón español, que se sumerge en la incertidumbre del futuro con 34 proyectos ganadores de un concurso abierto al que se presentaron más de 460 propuestas. También el sistema de tuberías y tanques de Dinamarca, que llevan agua recolectada de los canales de Venecia hasta ríos y lagos de cemento, sobre los que caminan los visitantes para que comprendan que el agua es un bien esencial. Simpática resulta la parte de este pabellón en la que los asistentes pueden pedir su té, recién hecho, y la taza en la que quieren beberlo, mientras se sientan en bancos y sofás, y escuchan el sonido del agua bajo sus pies.

Alemania ha optado por un pabellón vacío, de paredes blancas con códigos QR que trasladan al visitante al año 2038, con una serie de vídeos que critican el capitalismo y defienden la naturaleza y la lucha contra la crisis climática.

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