Diario de León

"El arte contemporáneo siempre trabaja sobre lo desconocido"

Ir al Musac es entrar a territorio desconocido, cada día es una experiencia diferente, ya que hasta que uno no se decide a ver toda la exposición, no puede saber si ama la obra de esos artistas contemporáneos, o más bien se ofusca por no entender el significado de dicha obra. Y así llevan ya casi 15 años, a punto de cumplirlos el año que viene, y su director espera seguir provocando esa misma reacción en la sociedad, porque el arte contemporáneo tiene que romper con el estado natural de las cosas. —El año que viene el Musac cumple 15 años, ¿qué tenéis pensado hacer con motivo de este aniversario? —No puedo contar mucho, pero puedo decir que tenemos dos grandes temas que estamos trabajando. Uno de ellos, obviamente, es la colección, que es una de las razones de ser del museo. Y el otro tema que también estamos trabajando mucho es el contexto, ver como el museo es capaz de ofrecer una imagen de cuestiones que han ocurrido en Castilla y León desde los años 70 hasta la actualidad. Cuando bién permite que la ciudadanía se apodere del arte como forma de transformación y reclamación, de entender el mundo en el que vivimos y de actuar en el mundo en el que vivimos, y eso es la educación. —¿Considera que aún quedan perjuicios hacia el arte contemporáneo? —Los hay y los habrá siempre, es natural, es como sustancial al propio hecho del arte contemporáneo. El arte contemporáneo no se denomina así porque sea el arte de nuestros días, ya que hoy en día hay artistas que pueden pintar en cuevas o que pueden hacer acuarelas que parecen del siglo XIX. Se llama así porque presenta ideas avanzadas, esa idea moderna de la vanguardia, esa idea que va adelante. Lo contemporáneo de cada época siempre produce fricciones e incomprensiones. Y dentro de 100 años también las tendrá, precisamente porque está cuestionando hablamos de contexto también hablamos de las personas, como el museo contribuye a construir un contexto, y eso se hace a través de la producción cultural y la educación. —¿Qué es para vosotros la educación? —La educación es una parte importantísima del museo, que permite por un lado apreciar el arte contemporáneo en sus diferentes y múltiples manifestaciones, pero por otra parte, tamlo conocido, porque el arte contemporáneo siempre trabaja sobre lo desconocido. —¿Cuándo comenzó su idilio por el arte contemporáneo? —Yo creo que el interés por la cultura lo tuve siempre, en un determinado momento estudié Historia del Arte, y luego estudié Bellas Artes. Pero siempre tuve un interés muy claro por lo contemporáneo. Por ejemplo, cuando estudiaba, con 20 años, estaba en un cine club, y precisamente programando películas contemporáneas, pero también me gustaba el teatro, la música contemporánea. Y por eso me fui decantando a él. —¿De dónde surgió la idea de hacer este verano un ciclo de cine sobre la transición? —Cada año hacemos un programa de verano que tiene varias actividades, pero las dos actividades más fuertes tienen que ver con la música y el cine. Y es una manera también de disfrutar de los patios del museo, que, generalmente, bien por calor o bien por frío están cerrados. El programa siempre, sobre todo el del cine, trata de tener algo que ver con las exposiciones que tenemos en el museo. Ahora está Dar la oreja, hacer aparecer: cuerpo, acción y feminismos (1966- 1979) que, a mi modo de ver, es una aportación historiográfica, en el sentido en que es una investigación a los usos del cuerpo, sobre todo, en cuestiones relacionadas con la performance al final del franquismo y la transición. Y aparecen toda una serie de temas como el terrorismo, los cambios sociales, la transexualidad, la droga. —¿Y cómo se organiza el tema musical? —Intentamos hacer siempre dos programas, uno muy relacionado con la escena leonesa, y el otro suele ser una temática o una escena completamente diferente. Este año la programación la ha hecho el propio museo y hemos atendido a esa escena musical efervescente tan cercana como es Galicia. —El trabajo de las mujere sartistas está cada vez más presente, pero todavía queda mucho por hacer. —Es verdad que, no solo en España, en el mundo entero hay un déficit de la presencia de la mujer. Tanto en las colecciones como en las programaciones. Somos el museo español que tenemos el porcentaje más alto de mujeres, tanto en las colecciones como en las programaciones. A pesar de que somos un museo que podemos presumir de que atendemos y presentamos el trabajo de las mujeres artistas, sigue siendo deficitario. Hacemos el 60% hacia las mujeres, para atender precisamente ese déficit histórico que es necesario compensar. —¿Hacia dónde va el arte? —Si que es verdad que hay una serie de tendencias que, por ejemplo, ha hecho que la sala 1, que hasta hace poco se dedicaba a usos expositivos, ahora se dedique a usos más sociales, en el sentido de que hay una capacidad de la ciudadanía para apoderarse de los espacios y utilizarlos. De ahí surge también la hibridación de muchos proyectos de corte educativo, colaborativo, social, de investigación... Lo cual hace que se fusione el arte con otras esferas de la cultura y de la sociedad. Creo que esa dimensión del arte va a tener mucha importancia en un futuro muy cercano. —¿Y cuál es el futuro que le espera al Musac? —El Musac lo que tiene que hacer es seguir el ritmo de los tiempos, el arte contemporáneo por definición es transformación y cambio. Y cualquier estructura o de infraestructura, o iniciativa, que se relacione con el arte contemporáneo, tiene que tener en su ADN esa predisposición a la transformación y al cambio.

El director del Musac, Manuel Olveira. JESÚS F. SALVADORES

El director del Musac, Manuel Olveira. JESÚS F. SALVADORES

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G. Espinosa-Arroquia
León

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