Diario de León

Música

Del baile verbena a estrellas del rock

Detrás de Domani Sapone, el dúo sorpresa musical de principios de año, están Diana y Richard Majo. Junto a sus otros dos hermanos son la tercera generación de los inicialmente conocidos como Los Cirolines. La tradición familiar no para con Benavides de Órbigo como epicentro creativo.

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En otros lugares tenían a los Jackson Five pero aquí podríamos llamarles los Majo Four. Y ya habrá quien sin esperar pida remontarse más atrás para llegar a Los Cirolines y sumar cinco décadas de música familiar en Benavides de Órbigo. Diana Majo y Richard Majo pueden perfectamente ejercer de portavoces de toda la saga, padres, tíos, hermanos, sobrinos, etc, que desde los años 60 se encargaban de amenizar las fiestas de los pueblos, cuando había baile vermú y la verbena era el sueño de todo el año, y un pasodoble sonaba a gloria. Diana y Richard son ahora Domani Sapone, un sorprendente dúo que ha sacado un disco cedé con once canciones sin desperdicio. Como les debió parecer poco su mucho talento se unieron con otro valor demostrado como es Juan Marigorta para hacer realidad el grupo en formato grabado y sorprender a la parroquia musical leonesa, que es lo que hasta la fecha está pasando.

Jorge y Carlos son los otros dos hermanos, también músicos, de esta tercera generación, que podría ubicarse como la que está en activo, y que han pasado más al mundo musical creativo, docente y, luego, siempre dispuestos a más aventuras.

El veneno musical de la familia Majo sería digno de estudio científico. Estos hermanos sirvieron de banda base para, por ejemplo, Manolo Tena, quien les presentaba sin esconder la sorpresa de que aunaran tanto virtuosismo musical.

Tercera generación

El pasado musical de los Majo los convierte en la familia más importante de música en León

Como sus antecesores deben ocupar un lugar destacado, aparecen entre los primeros recuerdos y lo que les han contado. «Esa primera generación recorría La Cepeda, la provincia, las fiestas en las que les llamaban. Y tenían que tocar en un remolque, dormir en las casas de los vecinos, ir en bicicleta... Cuando se iban de algunos pueblos, les despedían con lágrimas», explica Richard Majo. Y todo surge a través de quien despertaría ese gen Majo que quiere decir talento para la música: «Silvestre Majo fue el primero de la familia que empezó en esto. Y, ya desde entonces, de alguna u otra forma seguimos los demás», recuerda Diana Majo, quien, como su hermano, da clase de música en León, dan conciertos, colaboran con otros músicos de la provincia, y son tanto valorados por su calidad como apreciados por un carácter de buenas personas que salta a la legua.

Y aunque han participado en múltiples proyectos, este Domani Sapone, «en esencia es un grupo de pop-rock, no hay que darle más vueltas», matiza Richard, supone una apuesta musical en la que parece imponerse la creatividad. Y sí, puede decirse que es guitarra eléctrica y batería a palo seco. Y buenas canciones sin solución de continuidad, de Tal vez , la primera, a Todo , la última. Para dar pie a «que nos vayan escuchando, dar conciertos y que nos vean. Este disco es para hacer en directo. Tal cual lo grabamos, así lo tocaremos», garantizan.

En todo este Domani Sapone Vol. 1 hay el regusto de la buena música ochentera, que en ambos casos, por edad, les tuvo que marcar gracias a sus dos hermanos mayores. Y da la sensación de que en esa casa la música, como presunta religión obligatoria, no se convirtió en una obsesión. Y que incluso en las reuniones familiares «no es que seamos de los más cantarines», aseguran, al contrario de lo que se podría suponer.

Pero sí tienen que reconocer que ellos llevan su ritmo y la vena artística hace que también aparezcan en los créditos de fotografías o vídeos, por ejemplo.

De hecho, el primer videoclip promocional lo realizaron ellos mismos. A base de una cámara fija y economizando medios para poder rematarlo. «Fue a coste cero, salvo que rompimos la caja de la batería y nos costó arreglarla 17 euros», recuerdan.

A estas alturas queda claro que en los Majo hay una aproximación en la que hay quedarse para apreciar su versatilidad. Diana Majo, por ejemplo, una voz espectacular, colabora con Goodman Collective, de Javier Baillo. Su hermano toca en Catalina Grande Piñón Pequeño. Pero a las primeras de cambio surge mencionar a Jorge Majo, ese imponente guitarrista de La Última Legión. Y tirando del hilo aparece la noticia del futuro: la sobrina Lucía Majo.

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