'Brosio' es sinónimo de lucha

-Brosio, ¿mereció la pena?

-¿Cómo vivís vosotros hoy?

-Bien.

-¿Hay libertad?

-Sí.

-¿Va alguien a la cárcel por pensar diferente?

-No.

-Entonces mereció la pena. A mí me han machacado, pero mereció la pena. No es nada extraordinario lo que yo he hecho, no lo entendéis porque sois de otra época y cada biografía es hija de una época histórica y la mía es hija de aquellos años, que fueron malos pero fueron los que nos tocó vivir».

He aquí el fragmento de una conversación mantenida entre el periodista Fulgencio Fernández y Brosio, 'el pintor de los mineros' (Barruelo de Santullán, 1925), ese verdadero sinónimo de dignidad y de entereza que permaneció 23 años y medio en la cárcel y que estos días protagoniza una gran exposición en el Museo de la Minería y la Siderurgia de Castilla y León con sede en Sabero. Con motivo de esta muestra el gobierno autonómico, con el apoyo de Caja España-Duero, ha editado un amplio catálogo que hoy, a las 19.30 horas, se presentará en el Club de Prensa de Diario de León (Gran Vía de San Marcos, 8, entrada por calle Fajeros). A la mesa y junto a este nuevo libro estarán sentados Roberto Fernández, director del Museo de la Minería, el poeta y crítico literario Julián Alonso, el editor Gonzalo Blanco, y el periodista Fulgencio Fernández.

El catálogo, cuya imagen de portada es la extraordinaria fotografía que Alberto Schommer tomara a Brosio en 1970, incluye un centenar de reproducciones sobre otras tantas obras suyas, especialmente pintura, pero también escultura (como el monumento a los mineros de Villablino) y murales. La mina, la cárcel, campo y mar, retratos, paisajes y otras obras son los capítulos en los que está dividida la obra después de los escritos de Gonzalo Blanco ( 'Nunca podréis encadenarme el alma' ), Fulgencio Fernández ( A Brosio, el olvidado, jamás se le olvida ) y Julián Alonso ( Brosio, el pintor invisible ).

Es precisamente Gonzalo Blanco quien resume la vida de este luchador incombustible, hoy con 86 años, comenzando por ese temprano ingreso en la mina a los 16. «Ingresó en la guerrilla, en los maquis del norte de Palencia, y pudo sortear las persecuciones de una Guardia Civil, la de posguerra, ebria de detenciones y palizas. Ingresó en prisión la friolera de 23 años y medio». Continúa señalando Blanco que Brosio protagonizó una sonada fuga, una de tantas en su vida, «pero fracasó, fue capturado de nuevo y regresó a la celda, tanto a la convencional como a la de castigo. 'Huyó' de dos penas de muerte precisamente con ese cumplimiento sobrado de su tiempo en cárceles», escribe.

Tras un paréntesis de éxito en libertad, «de exposiciones con acogida fulgurante de crítica y venta, de reconocimiento público como militante político, como artista, amigo y tertuliano de Blas de Otero, de Buero Vallejo, de Tierno Galván -continúa Blanco- se cierne sobre su salud un mazazo súbito: una encefalopatía, con tres 'réplicas' como en los peores terremotos, que le sumerge en un coma severo». También 'se fuga', pues «sobrevive contra todo pronóstico y tiene que empezar de nuevo a aprender a leer y a escribir, se hace poco a poco con su conciencia, retoma pacientemente sus pinceles, prosigue su labor de militante, de modo épico y precario, de resistente neto y puro». Después llegaría otro olvido, el social, injusto y doloroso, del que sale a fuerza de voluntad, talento y firmeza. Como hizo toda la vida.

Lugar: Club de Prensa de Diario de León (Gran Vía de San Marcos, 8, entrada por c. Fajeros).

Hora: 19.30.

Entrada: libre hasta completar aforo.