Diario de León

Música

Bruna llena sin bajarse del autobús

La nueva formación de la leonesa Nadia Álvarez debuta a lo grande el mes que viene en la sala Moby Dick de Madrid. Dos días consecutivos con entradas agotadas, más otro día que suman, será la forma de presentar en directo lo que ya era un secreto a voces: un ‘supergrupo’ anda suelto por la capital.

La leonesa Nadia Álvarez forma parte ahora de Bruna, grupo de nuevo cuño que irrumpe con fuerza en la escena española, formado por experimentados músicos. DL

La leonesa Nadia Álvarez forma parte ahora de Bruna, grupo de nuevo cuño que irrumpe con fuerza en la escena española, formado por experimentados músicos. DL

León

Creado:

Actualizado:

Entradas agotadas, todo vendido, sold out... El debate está ahí, y que conste que es de los más agradecidos por los artistas porque se trata de definir que qué bien les ha ido. Y así les ocurre a Bruna, banda formada al estilo de los surpergrupos (siempre con permiso de The Traveling Wilburys) y que surgida antes del confinamiento, a causa del encierro casi no lo cuenta. Pero reaccionaron y haciendo virtud de la necesidad asentaron el proyecto. Ahora llegan los buenos frutos. Primero, en lo importante: la música, puesto que sus temas fluyen de manera natural y hacen que cuenten con un verdadero leit motive para existir. Y después en la aceptación en forma de runrún del bueno que se oye entre la parroquia musical y medios especializados acerca de su trabajo. Tres noches consecutivas en la sala Moby Dick de Madrid avalan que necesitan auditorio para la audiencia potencial que ya manejan. Y a todo esto, en este proyecto colectivo, la leonesa Nadia Álvarez lleva la voz cantante, creadora y, por la propia naturaleza del grupo, su parte protagonista proporcional.

Aunque llenar esta ballena musical con las restricciones de aforo que hay en la actualidad, ellos lo dicen con la boca pequeña, no deja de ser un primer hito que puede asentar el proyecto. De hecho, Nadia Álvarez hace memoria de cómo surgió la idea y explica que «El germen de Bruna surgió hace poco más de dos años, pero mutó varias veces e incluso casi llega a desaparecer. Medio año antes de la pandemia el proyecto se consolidó, por fin empezamos a trabajar con objetivos a la vista como grabar las primeras canciones y publicarlas poco a poco y cuando llegó el virus tuvimos que parar en seco», relata.

En parte, todo vendría justificado en que la alineación de este equipo que en símil futbolístico podría decirse que gana sin bajarse del autobús es gente de referencia en la escena musical española. Porque, a saber, son: César Pop, músico curtido con grandes como Leiva o Quique González a los teclados; Chapo González, un titular indiscutible de Carlos Tarque, también con M-Clan, al bajo; Coki Giménez, que se las gasta con nombres como Dani Martín, Tarque, Fito & Fitipaldis…, a la batería; Mara Rubio, de La Sonrisa de Julia y Destino48, a la guitarra; Sergio Valdehita, con Sidecars e Iván Ferreiro, al Hammond, y, por fin, la leonesa Nadia Álvarez a la voz principal.

Arrimando el ascua a la sardina leonesa, lo cierto es que aunque en Bruna impere la riqueza musical y referencias que surcan el pop, el folk o el rock clásico con cierta conexión actual a lo que se hace en España, la voz de Álvarez hace que su rúbrica luzca tanto por su propio timbre vocal como por los giros interpretativos que introduce en sus interpretaciones.

Ya en 2020, el camino se complicó pero en parte jugó a favor a la hora de adaptarse a la nueva situación. De hecho, la propia Nadia Álvarez indica que «hemos de decir que mejor de lo que cualquiera de nosotros hubiera esperado. Con altas dosis de resignación, eso es inevitable, pero intentando que la maquinaria no se parara en ningún momento».

Así tomó forma lo que es su primer lanzamiento titulado Espantapájaros . Este trabajo, como dice la leonesa, surge a partir del shock general: «Teníamos que sobreponernos y continuar donde lo habíamos dejado, así que, bendita tecnología, grabamos desde nuestras casas todas las pistas por separado», explica.

Así, con distancia y tecnología crearon un hilo musical aparentemente frágil pero que demostró ser más consistente, ya que en cuanto se pudo grabaron del tirón tres temas más ya en estudio. Ha habido improvisación y ánimo a partes iguales, las dudas del covid, que también apareció en la formación y retrasó algunos apartados. Pero, ahora, tienen en el horizonte un abril prometedor: 27, 28 y 29 en la sala Moby Dick con dos de estas fechas ya en las que no quedan entradas. El aforo es reducido pero el entusiasmo es creciente. A dentelladas, Hazlo por mi o Espantapájaros son algunos de los títulos de un repertorio que para los seis es un antes y un después. Y, sobre todo, un éxito en sí mismo por lograrlo.

A todo esto, sobre el dilema inicial, Nadia Álvarez dice «entradas agotadas». Y es casi una forma de recordar y reivindicar que la trayectoria de Álvarez tiene un travesía importante por los derroteros de la canción de autor, en donde la palabra entendida es arma innegociable de comunicación. Aquí en Bruna aparece como mezcla perfecta.

tracking