Diario de León

Un taller de exposición

La Casa Magnética de dos artistas

Los artistas Jonathan Notario y Efraim Ortega han decidido abrir las puertas de su ‘oficina de trabajo’ y convertirla en galería y espacio cultural. Un viejo edificio de Renfe es ahora La Casa Magnética.

Los artistas Efraim Ortega y Jonathan Notario en su estudio y galería de exposiciones bautizado como La Casa Magnética. MARCIANO PÉREZ

Los artistas Efraim Ortega y Jonathan Notario en su estudio y galería de exposiciones bautizado como La Casa Magnética. MARCIANO PÉREZ

León

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El nombre es una declaración de intenciones. La Casa Magnética alude al taller industrial que los artistas Notario y Ortega tienen alquilado a Renfe, un edificio de los años 40; y también hace referencia a su arte, que, como los imanes, se sitúa en polos opuestos del arte contemporáneo. Un edificio con mucha historia al que Ortega y Notario han decidido cargar de futuro.

Han convocado una primera jornada de puertas abiertas para dar a conocer La Casa Magnética, situada en el número 13 de la calle Gómez de Salazar. La cita es el sábado, de 19.00 a 22.00 horas. Es el principio de un proyecto que no saben adónde les conducirá. Los primeros visitantes encontrarán en la planta baja —una antigua cochera— las esculturas del cordobés Efraim Ortega, autor de una célebre obra instalada en la estación Joaquín Sorolla de Valencia e inaugurada el año pasado por el entonces ministro de Transportes José Luis Ábalos.

La planta superior es el espacio de trabajo de Jonathan Notario, el artista leonés que construyó un muñeco de su estatura y físico, con la estética de los Geyperman y el eslogan ‘el jefe no se va a enterar’, en un provocativo juego para dar plantón en la oficina.

 

La Casa Magnética arranca como un espacio expositivo con ocho esculturas de Ortega y las obras que está creando Notario para el proyecto artístico becado por el Instituto Leonés de Cultura (ILC). También es una ocasión para ver de cerca el proceso de creación de Notario y Ortega. El arte ‘en directo’.

Notario no descarta proyectar algún vídeo. Hace dos años rescató la memoria de la antigua Azucarera Santa Elvira en la película Paredes de azúcar, becado por la Fundación Villalar. La idea surgió «por pena», al comprobar la lenta agonía de uno de los mejores ejemplos de arquitectura industrial de principios del siglo XX. Por eso, La Casa Magnética se ha asentado en un edificio testigo de la expansión ferroviaria de León en el siglo pasado.

A Notario le obsesiona lo que él denomina «arquitectura obsoleta», de ahí que sus trabajos se han centrado en iglesias de los años 70, hoteles de Torremolinos, un laboratorio ficticio en el Valle de los Caídos o un parque de atracciones en la Luna. Piensa que si un edificio se mantiene en la memoria no desaparece tras su demolición.

No hay ningún taller parecido a La Casa Magnética en León, que en el futuro albergará actividades artísticas, será un espacio abierto a proyectos culturales y creará redes con otros artistas. Están dispuestos, incluso, a ceder sus estancias a artistas emergentes que no han tenido la oportunidad de exponer.

Cuenta Notario que durante los diez años que vivió en Madrid, las jornadas de puertas abiertas en los estudios de artistas era algo frecuente, especialmente en el barrio de Carabanchel. Ortega asegura que en su ciudad natal, Córdoba, también hay proyectos similares a La Casa Magnética.

Dejan claro que su intención no es convertirse en gestores culturales. Pero sí están «abiertos a lo que surja», dicen.

A partir del sábado, el público puede visitar —con cita previa— el taller de estos dos artistas; y también, comprar sus obras.

Planean llevar a cabo alguna actividad conjunta con otros talleres, como una ruta por estudios de artistas. En León —que nosotros sepamos— solo funcionan los de Juan Rafael, Eduardo Fandiño, Álex Saénz de Miera y José de León.

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