Diario de León

La Catedral abre un tesoro cerrado durante 80 años

Los compositores Halffter, Sánchez-Verdú, Tomás Marco, José Manuel López, Aracil y Del Puerto entregan al Archivo seis obras encargadas por el Festival de Órgano.

Samuel Rubio, Cristóbal Halffter, José Manuel López, Tomás Marco, Alfredo Aracil, David del Puerto y Antonio Trobajo. MARCIANO PÉREZ

Samuel Rubio, Cristóbal Halffter, José Manuel López, Tomás Marco, Alfredo Aracil, David del Puerto y Antonio Trobajo. MARCIANO PÉREZ

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verónica viñas | león

Es de uno de los grandes tesoros de la Catedral, aunque el más desconocido. Se trata del archivo musical, que custodia joyas como el Antifonario, del siglo X, el libro de música más antiguo que se conoce y hasta la fecha indescifrable. Este archivo, que ha permanecido ‘cerrado’ durante 80 años —cuando se produjo la última incorporación—, recibió ayer seis nuevas obras de los compositores Cristóbal Halffter, José María Sánchez-Verdú, David del Puerto, Tomás Marco, José Manuel López López y Alfredo Aracil.

«Los seis magníficos», en palabras del alcalde, Antonio Silván, protagonizaron ayer «un día histórico», según el deán de la Catedral, Antonio Trobajo, cuando entregaron sus obras, encargadas para esta edición en la que el Festival de Órgano cumple 35 años. Las nuevas obras, estrenadas anoche en la Catedral por el organista Giampaolo Di Rosa, se suman a los 120 códices-cantorales, 188 fragmentos de piezas musicales del siglo X, así como ‘kilos’ de partituras del siglo XVIII.

Por iniciativa de Halffter —visiblemente emocionado porque el concierto de ayer y la obra que él entregó a la Catedral están dedicados a su mujer, María Manuela Caro, Marita, impulsora del Festival de Composición de Villafranca del Bierzo—, los compositores firmaron de su puño y letra las partituras para darles mayor valor. Luego, los seis los compositores más importantes de la segunda mitad del siglo XX pusieron sus obras en manos del archivero del Cabildo, Manuel Pérez Recio. Se trata de Oración (Halffter), Resonare fibris (Marco), Plus vite que la lumière? (López), Ricercare (ex 909) (Aracil), Preludio y chacona en blue (Del Puerto) y Lar I (Sánchez-Verdú).

Halffter, que confesó que para él era «un lujo» volver a escribir una obra para órgano, afirmó que «hoy la biblioteca de la Catedral se engrandece con seis nuevas partituras. Me gustaría que dentro de dos años se convoque a otros compositores. Que haya una ‘nevera abierta’ a los compositores, para que la terrible ola de vulgaridad que vivimos en España y en Europa no nos destruya», dijo.

Sobre el nuevo legado depositado en la Catedral, Silván afirmó que «no sólo es imprescindible conservar el patrimonio artístico y cultural que heredamos de nuestros antepasados, sino que debemos aportar nuestra propia herencia como testamento cultural de la época que nos ha tocado vivir».

Samuel Rubio, director del Festival de Órgano, destacó que el archivo llevaba «huérfano» desde hace 80 años, por lo que la entrega de las nuevas composiciones supone «un acontecimiento cultural de primer orden». Enseñó algunas de las joyas musicales de la Catedral, como los 77 folios de un códice procesional del siglo XV, con cánticos que se cantaban en las esquinas del claustro; y el Canto de la Sibila, que se cantó en León entre el siglo XI y el año 1585, recuperado hace dos años y que volverá a escucharse el 23 de diciembre. También mostró dos misales breviarios del siglo XII y un curioso cantoral del siglo XVIII con un canon ‘cancrizante’, que, como su nombre indica, se puede leer ‘al revés’ (dando la vuelta al libro). Rubio explicó que pese a los inmensos fondos de la Catedral, ha habido muchos robos y desastres.

Tanto el Festival de Órgano como el Ciclo de Músicas Históricas llevan a cabo una destacada labor de recuperación en tiempos modernos de los excepcionales fondos musicales que custodia la Catedral. Obras que, en algunos casos, llevan siglos sin escucharse.

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