Diario de León

Patrimonio

La Catedral rastrea su identidad en el subsuelo

Una empresa de Santander sondeará las distintas construcciones que hay bajo el actual templo gótico En algunas zonas se llegará a una profundidad de 15 metros

León

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La Catedral de León guarda secretos que ahora podrán salir a la luz. Una empresa de Santander iniciará este mes la lectura del subsuelo del templo gótico para detectar todas las construcciones que oculta. Es un proyecto que el Cabildo ha ido aplazando desde 2013.

El georradar es posible que ponga fin al debate que mantienen los historiadores desde hace décadas: ¿Hubo una catedral románica anterior a la actual? La respuesta «tardará», porque, según Mario González, administrador de la Catedral, procesar toda la información llevará su tiempo.

Los técnicos realizarán un escaneado de todo el edificio, palmo a palmo, a cinco metros bajo la superficie. En algunas zonas, se pretende llegar a una profundidad de quince metros —por ejemplo, en la entrada del museo—, aunque la resolución será peor. El objetivo es desentrañar qué esconde el primer monumento de la ciudad.

Los resultados

El georradar podría resolver si hubo una catedral románica y cómo eran las termas romanas

Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en los años noventa, durante las obras de peatonalización de la plaza de Regla, constataron que las termas romanas superaban ampliamente la actual planta de la Catedral. El ‘barrido’ del edificio puede aportar más información sobre los colosales baños romanos, el edificio que sirvió de sede regia a los monarcas leoneses y, tal vez, las causas de la fragilidad del templo gótico, asentado sobre todas estas primitivas construcciones.

En un monumento como la Catedral, donde las posibilidades de llevar a cabo una excavación son prácticamente nulas, el georradar se convierte en la única herramienta capaz de dilucidar la historia del edificio a través de los restos que han quedado en los diferentes estratos del subsuelo. En el ‘kit’ de los actuales arqueólogos, el pico y la pala han sido sustituidos por el ordenador.

Un misterio histórico

El georradar podría dar pistas sobre uno de los mayores misterios de la Catedral: ¿Por qué se construyó ‘engullendo’ un tramo de la muralla y no adosada a ella?

El investigador García Bellido explica en sus escritos que las termas romanas se conservaban en el siglo X, «pues se sabe por Sampiro que Ordoño II donó a la primitiva catedral unas termas que él usaba como Aula Regia de su palacio».

Durante la restauración de la Catedral llevada a cabo por Demetrio de los Ríos, este arquitecto localizó restos de las antiguas termas romanas, un espacio reutilizado en la Edad Media como panteón. Se trata de un túnel de 22 metros de largo, conocido como la cripta norte, que, desde entonces, no se ha vuelto a tocar.

El solar sobre el que se asienta la Catedral es para los investigadores uno de los puntos más «apetecibles», porque aquí está «concentrada» casi toda la historia de la ciudad, desde el siglo I en adelante.

Este nuevo proyecto se une a otras iniciativas que ha llevado a cabo el Cabildo para preservar de forma digital elementos ornamentales de la Pulchra que con el tiempo pueden llegar a desaparecer. Hace dos años se ‘radiografiaron’ 54 capiteles para que perduren otros mil años. Los capiteles tienen los días contados, pero podrán ser reproducidos fielmente. El escaneo tridimensional de las miniaturas que decoran estas columnas, algunas ya muy deterioradas, permitirá conservarlas cuando hayan desaparecido o las tallas sean irreconocibles.

El georradar no es una varita mágica y, en ocasiones, detecta estructuras que son imposibles de identificar. Es lo que ocurrió en San Isidoro. En la joya del románico el georradar ‘barrió’ la iglesia, el Panteón Real y el claustro de la colegiata. Bajo el claustro se localizó un gran edificio con dos estancias, de planta rectangular y flanqueados por dos hileras de columnas. De grandes dimensiones, partiría de la muralla y moriría en uno de sus lados en la puerta principal de la iglesia. Se desconoce si tenía un uso religioso o si, por el contrario, se trataba de parte de las estancias palatinas. En cualquier caso, se trata de una construcción anterior al siglo XII.

El georradar también ha sido especialmente útil para determinar la gigantesca extensión del yacimiento de Marialba de la Ribera; o para localizar edificios administrativos romanos en la ciudad de Lancia.

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