Diario de León

Una vida en pequeñas píldoras

El cineasta que «contraprograma» la misa con humor

José Luis García Sánchez contará sus memorias los domingos en Twitter

El cineasta salmantino José Luis García Sánchez. R. GARCÍA

El cineasta salmantino José Luis García Sánchez. R. GARCÍA

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Ganador de un Oso de Oro en la Berlín y de dos Goyas —uno como guionista de Belle Epoque (1993), que escribió a medias con su amigo Rafael Azcona—, el cineasta José Luis García Sánchez ha decidido «contraprogramar los Santos Oficios», los domingos a las doce, contando su vida en pildoritas a través de Twitter.

Sin ton ni son. Batiburrillo, las memorias de García Sánchez contadas a través de hilos, ha sido una idea de la editorial El Mono Libre, que ha optado por publicar este «anecdotario memórico» en su cuenta @LibreMono como parte de su propia lucha por sobrevivir.

«Ahora que un nuevo virus nos ha hecho darnos cuenta de nuestra débil y efímera existencia, hemos creído conveniente asumir algún riesgo más: publicar directamente en Twitter», señala la editorial en una nota remitida a Efe.

‘Batiburrillo’
«Un montón de cosas revueltas, sin orden ni concierto, para que el lector lo pase bien»

Así, estas pequeñas pildoritas con la vida de uno de los más longevos y fructíferos cineastas españoles se publicarán a partir del día 7, todos los domingos: un hilo a la semana que se publicará siempre a las 12.00 horas, «con la intención de contraprogramar a los Santos Oficios», afirma el provocador autor de Tranvía a la Malvarrosa, con guion de Rafael Azcona sobre la novela de Manuel Vicent.

El Mono Libre asegura que no podían dejar pasar la oportunidad de «compartir la sabiduría y el humor de José Luis», porque «es única». García Sánchez (1941, Salamanca) «representa una vitalidad, un modo de ser, una forma de acercarse a la vida que merece ser compartida», aseguran.

«Supongo que es un tópico, algo generalizado: al hacerse uno mayor se pone a rememorar su vida, probablemente para retrasar el testamento, o como penitencia por no haber cumplido a tiempo con el imperativo de plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. A mí me ha dado por escribir algo», apunta el director.

García Sánchez comparte sus dudas sobre si debería escribir una novela, una novela negra, o una autobiografía, y reconoce que la primera barrera con la que se encuentra es que «casi todos mis contemporáneos, pobladores de las futuras páginas, ya han desaparecido». «Es decir —señala con su habitual e incansable sentido del humor—, finura, ninguna; ni tampoco deseo de ampararme en la comodidad de los géneros». Así que elige contar su vida como «batiburrillo», un «montón de cosas revueltas, sin orden ni concierto, con la única pretensión por mi parte de que el lector lo pase tan bien como el que lo teclea».

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