Diario de León

El Consejo Internacional de Museos nombra presidente a Luis Grau

El director del Museo de León se hace cargo de la sección española de este organismo.

El director del Museo de León, Luis Grau Lobo, en el lapidario que acoge Pallarés.

El director del Museo de León, Luis Grau Lobo, en el lapidario que acoge Pallarés.

Publicado por
cristina fanjul | león
León

Creado:

Actualizado:

El Cosejo Internacional de Museos ha nombrado a Luis Grau, director del Museo de León, presidente de su sección española. El ICOM es la más antigua, numerosa e importante organización internacional de museos y profesionales. Desde su fundación en 1946 funciona como una oenegé (se dice que la segunda en antigüedad, tras la Cruz Roja), mantiene una relación formal con Unesco y tiene estatus de órgano consultivo del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. Se dedica a promover la conservación, mantenimiento y comunicación del patrimonio cultural y natural del mundo, presente y futuro, tangible e intangible, especialmente en el marco de las acciones de los museos. El ICOM se organiza en comités nacionales y comités internacionales ocupados de temas específicos de la museística.

En el mundo, hay cerca de 26.000 miembros de 140 países y en España forman parte de este organismo un millar de socios, entre profesionales y museos a nivel institucional, que de manera voluntaria contribuyen con una cuota anual y participan en su funcionamiento. Todos los cargos son electos y no remunerados. En España es la organización de museos y profesionales primera y de referencia para cuanto afecta directa o indirectamente a los museos. Un ejemplo de la importancia de este organismo puede comprobarse en la nueva ley de museos en Castilla y León, que se basa en documentos definitorios y técnicos emanados de ICOM y, a menudo, es instado a supervisar esas normativas o su aplicación, como organismo consultivo independiente.

Las funciones del Consejo son todas aquellas relacionadas con un mejor funcionamiento de los museos y se compromete a asesorar y velar por la conservación del patrimonio cultural.

Entre las actividades desarrolladas por el ICOM destaca la ayuda a patrimonio y museos en riesgo (los museos iraquís, recientemente, por poner un caso notorio). Pero en el marco internacional resaltaría el giro copernicano que supuso la habilitación de la corriente de pensamiento denominada Nueva Museología y la perspectiva consagrada en la Reunión de Chile de 1972, en la que el museo abandonó su perfil algo elitista y caduco para abrirse de par en par a una sociedad que ha de entenderlo como suyo y exigir su constante renovación.

La adhesión de los museos como institución (también voluntaria, obviamente) se realiza mediante el pago de una cuota algo mayor, de ahí que muchos museos no se lo puedan permitir o no se lo planteen en estos tiempos, pero aún así, más de 250 museos españoles apoyan a ICOM en su misión. A estos efectos cabe recordar que cerca del 90% de las cuotas se destina a ayudas a museos del Tercer Mundo o a programas sociales.

Luis Grau forma parte del Consejo en labores ejecutivas desde 1997 y estará al frente del mismo durante los próximos tres años. Su programa consiste en renovar el compromiso con los socios y con una serie de objetivos novedosos. «Nos preocupa especialmente este momento en que, a causa de los problemas económicos y sociales, la realidad museística española está sufriendo tan preocupantes mutaciones que, en muchos casos, pueden hacernos retroceder décadas y perder algunas de las conquistas conseguidas», subraya Grau Lobo, para quien los museos se enfrentan a una nueva época en que requiere «mayor rigor, responsabilidad, conciencia crítica y sentido de futuro».

Retos para el futuro

Para Luis Grau los retos del futuro pasan por sobrevivir, si bien no cierra la puerta a la ambición. «Nuestros retos son consolidar al museo como espacio de referencia en la museística local y regional, en la arqueología y en el patrimonio, y, sobre todo, ganarnos el aprecio de los ciudadanos para que entiendan qué se hace con sus impuestos y que merece la pena», sostiene.

Acerca del enriquecimiento que los últimos descubrimientos arqueológicos han supuesto para Pallarés, defiende lo curioso que resulta comprobar como los museos siguen con los problemas y carencias a los que había antes de las vacas gordas. «No hay más que intentar visitar los yacimientos de esta provincia para darse cuenta de ello. O buscar cuál ha sido el refrendo de la enorme cantidad de intervenciones arqueológicas en el terreno de la investigación o de la conservación y la divulgación de los hallazgos», lamenta.

Luis Grau considera que en la mayoría de las ocasiones se ha dilapidado la oportunidad abierta por los hallazgos en opciones innecesarias y en proyectos sin fundamento. Asimismo, y en relación a la proliferación museística que se ha desarrollado en España en los últimos años, defiende que esa eclosión, «algo inconsciente y precipitada en muchos casos», no ha sido sino una especie de «burbuja museística», común al resto del país y asegura que afronta varios peligros en estos días, entre los que cita la raquitización de medios humanos y materiales, con la consiguiente pérdida de valores y reducción de activos y actividades, el desaprovechamiento de las infraestructuras, la desatención al patrimonio y la defraudación de expectativas. Por otro lado subraya que se constata la insistencia en actuaciones culturales no destinadas a salvaguardar y poner ante el ciudadano un patrimonio cultural concreto, sino muchas veces basadas en ficciones que tienden a esconder bajo la alfombra los verdaderos problemas de siempre. «Sustituir la realidad por su simulacro, por muy rimbombante que éste sea, no deja de ser una distracción. Cara y con fecha de caducidad», lamenta.

tracking