Diario de León

El cromosoma 21 hecho arte en Botines

El Museo Casa Botines Gaudí acoge la exposición Proyecto 21 de la artista leonesa Mónica Alija hasta el 4 de abril La muestra arropa el Día Internacional del Síndrome de Down

Mónica Alija con protagonistas de sus retratos en la inauguración de la exposición. DL

Mónica Alija con protagonistas de sus retratos en la inauguración de la exposición. DL

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Desde Arco al Museo Casa Botines Gaudí el ‘Proyecto 21’ de Mónica Alija, formado por una serie de retratos de personas con síndrome de Down, llega a León con motivo del Día Internacional de las personas con trisomía. La artista ha querido hacer arte e introducir en los museos a personas diferentes que raramente han sido objeto de atención para el arte.

La muestra que está organizada por la Asociación Down León- Amidown, con la colaboración de Fundos, Museo Casa Botines Gaudí y Andrés de la Torre puede visitarse hasta el 4 de abril. El acceso es por el Modernista de Ezequiel de jueves a lunes de 13:00 a 21:00 horas.

Proyecto 21 consiste en una colección de pinturas inspirada conceptualmente en la serie de retratos de bufones, enanos y discapacitados que realizó Velázquez durante su estancia en la Corte de Felipe IV, a los que el maestro retrató con la misma dignidad y respeto que lo hizo con los dioses de la mitología, personajes históricos o miembros de la realeza, entre otros.

Es un proyecto necesario para

normalizar lo diferente pero real, y tratar de suprimir ese miedo a lo desconocido que inunda la

sociedad actual, bajo la máscara de la «falsa empatía», que acaba en discriminación de ciertos sectores de la sociedad, como el caso de los protagonistas de esta colección pictórica, personas todas ellas con Síndrome de Down. Con estas pinturas se cuelga en las paredes de Casa Botines a personas verdaderas, sin filtros, sin retoques, como ellas son naturalmente, con la intención de desensibilizar a la población que, o bien los mira y trata con lástima, o bien los discrimina o evita por desconocimiento absoluto de su naturaleza.

Con esta colección, la artista trabaja la repetición de los rostros y miradas para suprimir el miedo a lo diferente y normalizarlo, de modo que, tras ver repetidamente los mismos rostros, acaben pareciendo algo natural y el espectador no se percate de que está viendo retratos de personas con Síndrome de Down, sino una colección más de retratos. Así podemos encontrar una serie de Miradas, centrada en los ojos tan característicos de los y las protagonistas; otra serie de Retratos Reales, que con su doble significado (Real de auténtico y Real de realeza, como los protagonistas de las pinturas de Velázquez) muestra en ocho dípticos la cara auténtica de cada uno de ellos y su cara más graciosa a la vez; otra de las series es La Sal de la Vida, cuadros en gran formato y a todo color que aluden no sólo a la técnica pictórica que incluye la Sal, sino a la importancia de estas personas en las vidas de quienes les rodean; la última serie está formada por numerosos cuadros en pequeño formato elaborados con diferentes técnicas y sobre diferentes soportes, donde se pretende aludir a la cantidad de personas diferentes que se pueden encontrar y la conexión entre ellas, en este caso uno de los cromosomas que forman parte de todas las personas, pero que ellos tienen repetido: el cromosoma 21.

Mónica Alija puso en práctica algunas que no había probado hasta ahora —cal en acuarela, pintura sobre madera y transferencias con efecto de grabado— en este trabajo que le inspiró una bailarina con síndrome de Down. Contó con la ayuda de las fotos de su fotógrafo de cabecera, Andrés de la Torre, que realiza cada año el calendario solidario de Amidown.

«No conocía a nadie de mi entorno con síndrome de Down y al principio no tomé contacto porque quería mantener una objetividad en el trabajo», explica. Después ha tenido la opoertunidad de conocerles y descubrir a seres «con una sensibilidad asombrosa y transparentes desde el principio».

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