Diario de León

Un cuadro de León fue el origen de la relación de Sorolla con Huntington

Miguel Ángel Cordero revela que la ‘experiencia americana’ del creador se debe al cuadro ‘Aldeanos de León’.

Joaquín Sorolla realizando bocetos de la vida leonesa, en esta ocasión en la plaza Mayor de León.

Joaquín Sorolla realizando bocetos de la vida leonesa, en esta ocasión en la plaza Mayor de León.

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cristina fanjul | león
León

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Durante años, Miguel Ángel Cordero, director del Batán Museo del Val de San Lorenzo, ha ido recopilando datos, las huellas dejadas por Joaquín Sorolla en León, el rastro artístico de un creador cuyo aniversario se cumple este año. En sus labores de rastreo, Cordero ha buceado en los archivos del Museo Sorolla descubriendo fondos que, hasta ahora, permanecían ocultos. «Esta historia de Sorolla y León, comienza en el año 1902 cuando visita por primera vez nuestra provincia. Las visitas de trabajo, se sucederían a lo largo de varios años, hasta 1913», destaca el director del museo maragato.

En sus primeros viajes, visitó la capital y la ciudad de Astorga. «Él venía buscando la riqueza de la indumentaria campesina de nuestra provincia, y qué mejor que adentrarse en los mercados semanales», destaca, y pone como ejemplos dos de los lienzos que se muestran en esta página. El maestro de la luz realizó en aquella época varios trabajos en lápiz, acuarela y óleo en la Plaza Mayor de León, aprovechando una jornada de mercado. Asimismo, acudió a la ciudad de Astorga donde realizó un óleo de pequeño formato siendo el motivo una jornada de mercado. Sorolla también tuvo la oportunidad de recrear la Catedral, donde realizó un bellísimo trabajo que no llegó a completar. «Escenas de rogativas, romerías, boda... fueron numerosos los motivos escogidos para trabajar a lo largo de sus estancias por León», subraya.

Sus aldeanos

Una de las obras más brillantes de todas las que Sorolla realizó en la provincia fue la titulada Aldeanos leoneses , pieza de 1907 que se expuso en Londres en 1908 en una muestra realizada en las Grafton Galleries. «Esta obra, llamó poderosamente la atención al magnate americano Archer Milton Huntington, fundador de la The Hispanic Society of América», explica Cordero. Esta exhibición sería el punto de inflexión para que Huntington contactara con Sorolla a través de Aureliano de Beruete y Moret, experto coleccionista crítico, así como un gran paisajista. «Huntington quería no sólo adquirir el hermoso trabajo de los aldeanos, sino también organizar una exposición en la propia Institución que él presidía en Nueva York», precisa el director del museo del Val, que añade que fue de esta manera que se dieron los primeros pasos para que el filántropo norteamericano encargara a Sorolla sus Visiones de España, que hoy son la joya de la Hispanic Society. «La génesis de este proyecto se deber al impacto que produjo en el hispanista el lienzo Aldeanos Leoneses» , asegura Miguel Ángel Cordero. «Fueron años de trabajo, recorriendo región por región de nuestro país, regresando a nuestra tierra leonesa en varias ocasiones hasta completar la excepcional obra que se exhibe en la Biblioteca de la Institución neoyorquina», sostiene el historiador, que incide además en la amistad que unía al artista con el fundador de la Escuela Madrileña de Cerámica, Francisco Alcántara, relación que hizo posible que muchos de los cursos de verano que realizó la Escuela desde el verano de 1914, se llevaran a cabo aconsejado por el propio Sorolla, como fue el caso del Curso de Verano en Val de San Lorenzo en el año 1926.

Sorolla expuso por primera vez en Norteamérica en 1909 en la ciudad de Nueva York y obtuvo un gran éxito desde el primer momento, pues la muestra tuvo más de 150.000 visitantes en tan solo un mes. Esa misma exposición viajó luego a Buffalo y a Boston. Posteriormente Sorolla tuvo sendas exposiciones en el Art Institute de Chicago y en el St. Louis Art Museum. El enorme éxito cosechado propició que recibiera numerosos encargos de ciudadanos ilustres de este país entre los que destaca el que le llegó directamente de la Casa Blanca para retratar al presidente William Howard Taft, el del secretario de Estado Robert Bacon, el de la esposa del banquero J. P. Morgan o el del magnate Louis Comfort Tiffany.

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