Diario de León

Poemario

«Cuando fallan todos los lenguajes volvemos los ojos a la poesía»

ANTONIO COLINAS rompe un largo silencio poético de seis años con el libro ‘En los prados sembrados de ojos’ (Siruela), que llegará a las librerías el próximo miércoles. Una obra que reúne los grandes temas a los que ha dado voz en sus cincuenta años de creación, con sus experiencias literarias y humanas.

El poeta bañezano Antonio Colinas en el Club de Prensa del Diario de León. FERNANDO OTERO

El poeta bañezano Antonio Colinas en el Club de Prensa del Diario de León. FERNANDO OTERO

León

Creado:

Actualizado:

Antonio Colinas sobrellevó el confinamiento gracias a su último poemario. Tenía el libro acabado, pero el encierro le permitió pulirlo e, incluso, añadir un poema —Un ruego en tiempos de pandemia— dedicado a la crisis sanitaria derivada del Covid-19. En los prados sembrados de ojos es una obra cargada de la simbología y la temática presente en toda la trayectoria literaria del escritor de La Bañeza, como las contemplaciones, la mujer, el territorio o el regreso al origen.

Cuando concluyó el texto se dio cuenta de que los ojos aparecen en casi todos los poemas. Sostiene Colinas que en estos extraños tiempos que vivimos «la cultura y la poesía tienen mucho que decir». Piensa que, «cuando nos faltan todos los lenguajes, en los momentos críticos, volvemos los ojos a la poesía». Porque cree que «la poesía remonta lo meramente literario y va profundamente unida al ser humano».

Como ya hizo en su anterior poemario, Canciones para una música silente, Colinas, que define su nueva obra como «muy variada», añade una serie de semblanzas de escritores como Góngora, León Felipe o Azorín. El volumen, dividido en seis partes, reúne en una de ellas poemas del Extremo Oriente, una cultura que cautivó hace años al autor de Sepulcro en Tarquinia , de modo que dedica cinco poemas a la India, uno a China y otro a Corea.

En los prados sembrados de ojos está, asimismo, un proyecto que surgió en las Conversaciones de Formentor. En esas jornadas literarias, en el verano de 2015, Colinas coincidió con Mónica Velasco, quien se había trasladado a la isla como profesora de Literatura y había alquilado, por casualidad, la casa del pintor Anglada Camarasa. Velasco propuso un libro con tantos poemas como cuadros del artista, exponente del modernismo catalán. Colinas hizo dieciocho poemas, que ahora se incluyen en su nuevo poemario, publicado por Siruela.

En el apartado titulado Epistolarium inacabado, el autor escribe tres semblanzas de mujeres, tres textos inspirados en sus viajes a Roma. En Cuerpos microcosmos, nuevamente, la mujer cobra protagonismo, pero, en esta ocasión, desde un punto de vista «más enigmático». Colinas ha denominado Tres poemas mayores —por su extensión—, los dedicados a la música en sus años en Italia, a un Cervantes que afronta su noche final y Eterna Dualidad , sobre lo que ética y estéticamente ha sido su vida para la poesía.

Al escritor le sobreviene siempre una sensación cuando termina un libro. Admite que En los prados sembrados de ojos «no es un libro para lectores perezosos», a diferencia de esa poesía tan popular en twitter, «de la que debemos desconfiar, por su baja calidad». Sin embargo, no descarta seguir escribiendo «mientras la cabeza y el corazón me ayuden».

Es con un primer verso cuando Colinas va forjando un nuevo libro .«Luego», dice, «los poemas van naciendo de manera espontánea». Aunque este ‘artesano’ de la palabra ha tardado en fraguar este nuevo poemario seis años.

tracking