El cuerpo humano es una gran obra de arte

Lo natural es el gesto. Pero en el dibujo del natural también está el movimiento, aunque la estampa aparente lo estático. En León, esta disciplina pictórica se practica desde hace 20 años gracias a un curso de extensión universitaria. Y más que una opción es una oportunidad, puesto que se trata de una iniciativa única que comanda Carlos Rodríguez como codirector y monitor. El artista crea y el modelo pone el resto, o mejor dicho su cuerpo. Y aunque no se ve, se dibuja el espíritu. Pero detrás de todo lo que queda, lo que prevalece se ve en un lienzo, en una hoja de dibujo. Y son horas de trabajo que se fraguan en el silencio de un aula en el que lo artístico se manifiesta, en la mayoría de los casos, sin afán de exhibición.

Por ejemplo, ese es el caso de Melchor Calvo Santamarta, un profesor, también de dibujo que asiste a las sesiones programadas por la Universidad de León, que a modo de curso, se desarrollan durante 50 horas repartidas en dos sesiones semanales.

«El dibujo del natural se refiere a dibujar del modelo in situ, es decir en tiempo y espacio real donde se sitúa el modelo, esto entraña ya cierta complejidad ya que se trata de plasmar la realidad sin mediación de otro referente», sostiene Rodríguez.

El profesor destaca que es un curso estable. «En León no hay más. En Salamanca, Madrid y otras ciudades, con sus escuelas de Bellas Artes, tienen, pero en el resto de Castilla y León solo hay este taller», remarca Rodríguez, que así de esta manera pone en valor la importancia de que se mantenga y que sea una iniciativa que cuenta con público.

Perfección

«Yo llevo ocho años asistiendo y me gusta como posibilidad de mejorar y perfeccionar la técnica», explica Calvo Santamarta. Rodríguez también valora la riqueza de los resultados. Puesto que aunque todos partan de la misma sugerencia en forma de cuerpo humano, los resultados difieren. «Cada uno pinta a su manera, y sí es curioso ver que los resultados varían. Es sorprendente como ajustándose incluso a una concepción académica del dibujo producen obras con una impronta única», cuenta el profesor de este taller. Y, en definitiva, es la demostración de que el arte es una meta a la que cada uno llega por caminos diferentes.