Diario de León

MAQUETAS

Donde la Catedral no es gótica sino cibernética

Sebastián Román ultima su León elevado a base de basura informática .

Sebastián Román, con parte de su gran maqueta elaborada a base de componentes informáticos y de electrodomésticos.

Sebastián Román, con parte de su gran maqueta elaborada a base de componentes informáticos y de electrodomésticos.

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E. gancedo | león
León

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Tan familiar como extraña, tan cercana como inquietante, la última y monumental creación del artista Sebastián Román reproduce, calle a calle y plaza a plaza, la ciudad de León... pero como si se hubiera rodado en ella la futurista Blade Runner. Este inquieto creador valdornés, conocido por convertir todo tipo de desechos informáticos en maquetas de ciudades pobladas de enormes rascacielos, a medio camino entre Nueva York y los Emiratos Árabes —luego las fotografía bajo el límpido cielo de la Valduerna, las imágenes resultan impactantes—, fijó un día el foco de sus afanes en la capital provincial y después de nueve meses de trabajo el fin está más que próximo: «Sólo me falta la zona de Michaisa», declara satisfecho. Y así es, aquí está ‘el León de los circuitos’: en un principio asombra y confunde a un espectador que poco a poco, fascinándose progresivamente, acierta a encontrar los lugares de siempre aunque los cubos de la muralla romana sean pequeños condensadores redondos, la plaza de toros esté hecha a partir de un redondo disipador de calor y el papel de la plaza Mayor con todos sus soportales lo cumpla un horadado conector de disco duro. Verdes placas base hacen las veces de espacios ajardinados y USBs y fragmentos de viejos teclado se apilan hasta remedar San Isidoro y la Catedral en una original y muy laboriosa creación que expondrá el Instituto Leonés de Cultura, en cuanto esté culminada, bajo el título LEÓN.

Una maqueta mayúscula, así pues, que ha hecho reflexionar a su autor, y mucho, sobre asuntos relacionados con el urbanismo: «La debacle de personas que se pusieron a los mandos de ciudades como la nuestra para realizar todo tipo de barbaridades sin un criterio lógico es una herencia que nos toca asumir a todos —conjetura—. Para mí se trata de un gran reto al que nos tenemos muy seriamente que enfrentar para que no vuelva a repetirse... Y una parte de mi obra critica eso, claro, aunque también plantea una ciudad imposible; preciosa estéticamente pero inútil para sus ciudadanos. En realidad siempre termino con esta dicotomía entre lo estético y lo funcional...».

Además de la propia pieza, de 201 x 201 centímetros —la más grande que ha realizado Román hasta la fecha—, la futura muestra del ILC se compondrá de fotografías de gran formato tomadas por el artista de sus ‘edificios’ y rincones, similares a las que configuraron otros montajes suyos como Reciclalia, en el Museo de León, o La Isla, en el prestigioso Museo Evaristo Valle de Gijón. «Después de leer libros de teoría urbana como La metáfora de la colmena, de Juan Antonio Ramírez, y Delirio de Nueva York, de Rem Koolhaas —reflexiona Sebastián Román—, me he dado cuenta de que nos pasamos la vida proporcionándole estudios a personas que son unos auténticos fenómenos en esta materia pero que cuando expresan su opinión no les hacemos ni caso... Podría poner muchísimos ejemplos negativos en León pero en realidad prefiero hablar de lo bueno, que también lo hay, como la excelente planificación urbana de Eras de Renueva, donde se equilibran las zonas de ocio con las sanitarias, las comerciales, etc.».

Sebastián Román comenzó a construir en su taller de Castrotierra la gran caja que sirve para sustentar y transportar la pieza el 1 de enero, y el 23 de marzo colocó el primer fragmento («tener que trabajar para pagarme el tiempo que me llevan las piezas es la causa de que se dilaten en el tiempo mis exposiciones, por contra, tengo la gran ventaja de que la materia prima es gratuita y abunda»). «De todos modos —concluye—, el reto que más me intriga, el que dinamita mi salud y la de todos aquellos que se dedican al mundo de las artes plásticas, es la aprobación del espectador y su valoración: si reconoce y si puede valorar el tremendo esfuerzo que me ha supuesto esta pieza».

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