Donde las piedras vuelven a la vida

Sea o no el protagonista Antonio Viñayo, el que fuera gran abad y guardián de la cultura local, y del que, por apuntar en la agenda leonesa, el año que viene se conmemora el centenario de su nacimiento, este martes acabó por los suelos. Desde ayer, Las Cabezadas , la estatuta que derribó un camión con San Isidoro de testigo, se encuentra a estudio para su arreglo en el Centro de los Oficios y Artes Plásticas de León. Quién le iba a decir al maestro Viñayo que iba a acabar en un taller en Puente Castro en tiempos de mascarilla. Pero está en las mejores manos. Algo así como en el sanatorio de la piedra, y más materiales, de la ciudad. Algunas de esas manos milagrosas son las de Pedro García, profesor de la escuela, maestro de cantería y un apasionado de la Historia y patrimonio de León.

Un paseo por el centro, al que Evelia Fernández, concejala de Acción y Promoción Cultural, considera joya de la corona municipal, es un recorrido por la enseñanza que se imparte y por la recuperación de piezas que requieren de un trabajo en el que, según explica García, se trata de rescatar sus esencias. Es decir, que la intervención tiene el sentido de que vuelva a su estado inicial. Y eso consiste en atender a los desperfectos. A veces producidos por el deterioro, otras por el vandalismo o, como ocurrió este martes, por un accidente que hizo que los más de 500 kilos de peso de la escultura de Las Cabezadas acabaran por los suelos. «Los daños son bastante importantes», advierte el experto, quien también señala que una restauración privada podría alcanzar un precio de uno 15.000 euros, según una estimación inicial.

Pieza que recupera el centro perteneciente a La Familia. DL

Recomponer ahora las dos figuras y la base sobre la que se sustentan será la misión de esta peculiar escuela que a falta de vocaciones se nutre principalmente de entusiastas jubilados que así asisten a una actividad que requiere esfuerzo y paciencia pero que recompensa con grandes trabajos realizados. «Sí, es cierto. El alumnado que tenemos es principalmente este. Me da pena, porque es una actividad que puede generar trabajo. En estos tiempos, a los maestros canteros, en las diferentes tareas que desarrollan, no les falta el trabajo. Es un sector en marcha», indica, como si así se pudiera despertar el interés activo de los que en teoría se consideran entusiastas del patrimonio leonés y cuentan con alguna vocación artesanal y artística.

La gran virtud de este centro, aunque en su caso se hable de estatuas, es que el movimiento lo demuestra andando. En la actualidad, junto a asuntos puntuales como este, se dedica al cuidado y la mejora del patrimonio histórico-artístico de la ciudad con numerosas intervenciones en edificios como el antiguo Ayuntamiento de San Marcelo, criptas y yacimientos de la ciudad, edificio de Puerta Castillo, Palacio y Mercado del Conde, puentes de los Leones, San Marcos y Puente Castro, plaza Mayor, Muralla medieval y romana, plazas, parques, esculturas y monumentos de León, así como en el acondicionamiento del Centro de Interpretación Romano de León y del Centro de Interpretación de las tres culturas.

La familia de Burgo Nuevo

De igual forma, otra de las acciones en las que el centro deja su impronta en la ciudad es la relativa a las labores de restauración de la estatua de Manuel Díez Rollán en Burgo Nuevo, que data de 1992. Se trata de la conocida como La Familia , o también con el añadido popular de La Familia Tetrabrik . Este peculiar conjunto hecho en chapa apareció una mañana de noviembre del año pasado sin la cabeza en la figura que representa al hijo. Así, esta decapitación vandálica de arte urbano leonés será subsanada gracias a la labor de un taller en Puente Castro (también operan en la Plaza Mayor en el antiguo consistorio) que trabaja de manera silenciosa y en la que se tiene la sensación de estar en el mágico instante anterior al arte.