Diario de León

CULTURA

Los drones desvelarán la trama de Puente Castro

Un equipo sondea los yacimientos de Ad Legionem y el Castrum Iudeorum para averiguar su valor arqueológico, descubrir nuevas construcciones y poder salvarlos.

Diego Franganillo y Javier Valles Iriso pasando el georradar por el Castrum Iudeorum de Puente Castro (también en la foto de la derecha). DL

Diego Franganillo y Javier Valles Iriso pasando el georradar por el Castrum Iudeorum de Puente Castro (también en la foto de la derecha). DL

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verónica viñas | león

Una gran ciudad romana y un destacado asentamiento judío medieval. Separados en el tiempo, pero no tanto en el espacio. El subsuelo de Puente Castro guarda incontables secretos. El equipo que dirige la arqueóloga leonesa Esperanza Martín —que ha desentrañado los yacimientos de La Carisa— trabaja ya en Ad Legionem y el Castrum Iudeorum.

No utilizan pico ni palas, sino la última tecnología. Ya han comenzado a ‘espiar’ en la zona. Diego Franganillo y Javier Valles Iriso, del Centro de Asistencia a la Investigación de Arqueometría y Análisis Arqueológico de la Universidad Complutense de Madrid, llevan días ‘barriendo’ con un georradar los dos asentamientos —incluida la iglesia que acoge el Museo de las Tres Culturas—. En una segunda fase iniciarán los vuelos con drones. Las nuevas tecnologías permitirán construir un mapa tridimensional de los yacimientos.

El objetivo es averiguar qué ocultan. El Ayuntamiento de León consignó hace tres meses una partida de 24.600 euros para este fin. Las prospecciones serán cruciales para salvar el vicus de Puente Castro y la aljama.

La arqueóloga confirma que antes de mayo entregarán el informe con los resultados. Será determinante para evitar que los vestigios de Ad Legionem queden aplastados si se construye finalmente el vial para enlazar Puente Castro y La Lastra.

Los expertos van a sondear las 20 hectáreas que supuestamente ocupaba la ciudad romana, así como la iglesia de San Pedro —donde Franganillo y Valles se refugiaban con el georradar el pasado jueves, a salvo de las últimas heladas— y el extenso cerro denominado Leione en las fuentes hebreas, donde un día se alzó una importante ciudad judía, destruida por los cristianos en el año 1196.

Con todos los datos obtenidos a través del georradar, los drones, los vuelos aéreos y la tecnonogía Lidar (Light Detection and Ranging, es decir, detección por luz y distancia) elaborarán una auténtica radiografía de la zona. Martín utilizará las mismas técnicas que ha aplicado en el yacimiento de Lucus Asturum (Llanera), donde las primeras detecciones se llevaron a cabo desde el aire, usando una técnica pionera que permite hacer fotografías con infrarrojos que localizan huellas de estructuras con una precisión milimétrica. Imágenes que se completan con otras obtenidas por satélite.

Las posibles construcciones que no han aflorado en las sucesivas excavaciones arqueológicas en Puente Castro quedarán al descubierto en las próximas semanas. La información, explican los técnicos, es tan precisa que se podrá conocer desde la planta de cada edificio que aún permanezca hasta su cronología.

Por las excavaciones llevadas a cabo tanto en Ad Legionem como en el Castrum Iudeorum se sabe que ambos enclaves son excepcionales. Cosa distinta es que los restos tengan entidad para que se preserven visibles y visitables.

La aljama de Puente Castro es el único entramado urbano judío anterior al siglo XII de toda Europa. Durante años el profesor de la Universidad de León José Luis Avello dirigió campañas de excavación en este cerro, arrasado por Alfonso VIII de Castilla.

En Ad Legionem se desenterraron una decena de gigantescas construcciones, así como algunas calles, aunque queda un vasto territorio inexplorado. Se trata de una ciudad vinculada a un campamento romano única en España y muy rara en el resto de Europa, donde además se constituyó de forma insólita una de las sedes episcopales más antiguas de la Península, como prueba una carta dirigida a ella por san Cipriano, obispo de Cartago en el siglo III.

Las conclusiones de los sondeos evaluarán si los yacimientos merecen la pena. Aunque los vestigios aparecidos hasta ahora no tienen una ciudad encima, como ocurre con los Principia o el Praetorium —en pleno casco histórico de León—, en el caso de Ad Legionem mantienen ‘estrangulado’ Puente Castro, sin salida por la Lastra. La puesta en valor tanto de Ad Legionem como de la aljama, así como de los Principia y el Praetorium, convertirían a León en una ciudad con un importante reclamo arqueológico.

Los tesoros

En Ad Legionem Septima Gemina residían las familias de los soldados de la Legio VII. Fue una ciudad que a lo largo de tres siglos vivió al amparo de la guarnición. En una campaña de excavaciones que tuvo lugar en el 2001, con motivo de las obras de la Ronda Sur, se localizaron cuatro viviendas, una de ellas de planta basilical.

También apareció una excepcional gargantilla romana de oro y azabache. Tras un laborioso proceso la pieza está hoy en el Museo de León como la luciría en su día una dama de la alta sociedad romana. Otros objetos, de apariencia menos llamativa, han permitido reconstruir quiénes eran y cómo vivían los pobladores de este vicus; mayoritariamente, artesanos y familiares de los soldados de la Legio VII.

En una de las campañas de excavaciones se descubrieron utensilios médico-quirúrgicos (mangos de escalpelo, cinceles, pinzas para tumores o flebótomos), lo que hace suponer que la villa era lo suficientemente importante si tenía galeno. Algunos historiadores han estimado que Ad Legionem se extendería a lo largo de siete hectáreas. Las actuales prospecciones podrían ser la última oportunidad para salvar unos restos —tanto los romanos como los judíos— que solo han deslumbrado hasta la fecha a los investigadores.

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