Dureza sin posibilidades en la confirmación de Castaño

Confirmó su alternativa en Las Ventas el torero leonés Damián Castaño ante un correoso encierro de Samuel Flores, y lo hizo con solvencia y firmeza a pesar de ser esta su segunda corrida de la temporada. Recibió los trastos de Fernando Robleño, en presencia de Morenito de Aranda, que mostraron también oficio y entrega, hicieron gala de poderío lidiador y se estrellaron ante un encierro de espectaculares caras y que se movió, pero lo hizo manseando y utilizando las enormes cornamentas más para tirar gañafones que para embestir, y los pies más para salirse de las suertes y huir de los capotes y los caballos que para mostrar bravura o entrega.

Confirmó alternativa el torero leonés de grana y oro con Peinanovias, de 603 kilos y aplaudido en su salida a la plaza por su trapío, del hierro de Isabel Flores. El toro buscó desde el inicio puntear los capotes, hizo sonar el estribo en el caballo y se dolió con genio en banderillas antes de llegar a la muleta de Castaño colándose y mostrando peligro, con la cara alta, saliéndose de la suerte y revolviéndose hasta poner en aprietos al diestro, al que llegó a alcanzar en la cara con la pala en una de las tarascadas que le propinó.

El diestro de Cistierna se mostró firme y entregado ante un toro que salía desentendido de las suertes, deslucido y violento.

No estuvo acertado con los aceros Castaño, ni en el de la confirmación ni en el que ceró plaza. Un toro de nombre Cuchillazo, de 566 kilos y el hierro de Samuel Flores que salió suelto del capote y buscó terrenos donde no le molestaran desde que salió al ruedo. Para entonces la tarde había caído ya en picado en el aspecto ganadero, y el reconocimiento al esfuerzo de los toreros diluía la expectativa de un triunfo grande.

El último de la tarde y segundo del lote del debutante leonés fue soso, con un molesto gazapeo y no terminó de pasar en la muleta en ningún momento. Se venía andando sin celo al engaño que le mostraba Damián Castaño, para perder además las manos si llegaba a obligarle. Por el pitón izquierdo no dio opción, colándose y más pendiente del cuerpo del torero que de la muleta. Deslucido, acertó el torero en no prolongar ninguna de sus dos faenas, en las que dejó clara su disposición, madurez y capacidades.

Imposible fue también el triunfo para Fernando Robleño y Morenito de Aranda, dos toreros respetados y esperados en el coso madrileño. El primero de ellos se las vio tras la primera actuación de Castaño en la ceremonia de la confirmación con un toro que intentó saltar por dos veces al callejón, salió suelto de los capotes y protagonizó un complicado tercio de banderillas. Encampanado durante toda la lidia, midió el suelo en cuanto intentó doblegarle con el capote. Tardo, renqueante y desentendido de la lidia, sin transmisión, no dio ninguna opción al bregado torero madrileño.

Que se enfrentó en su segundo con un toro de impresionantes perchas, que a pesar de la presentación se repuchó en el caballo y perdió las manos. Andarín y con la cara por las nubes en la muleta, lanzó gañafones con su terrible arboladura en un toma y daca sin lucimiento, y sin acabar nunca de pasar.

A Morenito de Aranda le devolvieron el primero de la ganadería titular y lidió un toro de José Cruz que se arrancó con alegría y le permitió toreros remates, en un trasteo a media altura sin excesiva entrega del astado. En el quinto, violento, bronco, mansote, porfió hasta arrancar alguna serie en la que pareció meter al toro en la muleta. No se aburrió, recetó un largo y firme trasteo y se llevó también el reconocimiento del público.