Los edificios molestos

El argumento puede resultar ahora absurdo e increíble, pero lo cierto es que Puerta Obispo (una de las puertas de la muralla), se derribó en 1910 para conseguir una avenida amplia (la calle Ancha) y que el coche de algún potentado local pudiera pasar sin dificultad. Algunos arquitectos consideran que en algún momento Puerta Obispo debería reconstruirse, porque era una imagen única de la Catedral. Con el mismo pretexto de dar paso al progreso y al paso de automóviles se derribaron los cubos de la Calle Carreras a principios del siglo XX, porque ‘estrangulaban’ el incipiente tráfico y una carretera, la que unía León con Asturias, que atravesaba por esta zona. Fue así como a golpe de pico la muralla se demolió sin contemplaciones. También se derribó más recientemente otro tramo de la fortificación tardorromana en Caño Badillo para construir el aparcamiento subterráneo de la Plaza Mayor. Durante siglos la muralla no se contempló como un monumento a proteger y se reformó y derribó sin miramientos.