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El Musac toca fondo

El museo cerró el año de la pandemia con 19.652 visitantes Los ingresos anuales de la taquilla no cubren ni cuatro días lo que cuesta mantener abierto el centro de arte contemporáneo

León

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En el Musac se cumple la ley de Murphy: «Todo lo que va mal es susceptible de empeorar». Si en los últimos cuatro años las cifras de visitantes se habían mantenido por encima de los 60.000 —muy lejos de los 158.290 que consiguió en 2008, la temporada más boyante en sus casi dieciséis años de historia—, con la pandemia el museo de arte contemporáneo ha tocado fondo. El fatídico 2020 concluyó con solo 19.652 visitantes.

Y aunque la cultura no puede medirse solo en euros, el último ejercicio resultó ruinoso. Los ingresos anuales de la taquilla (25.225 euros) no cubren lo que cuesta mantener abierto el centro de arte contemporáneo ni cuatro días. ‘Levantar la trapa’ del museo cuesta 7.003 euros al día, mientras que las entradas del público el año pasado no recaudaron ni 72 euros por jornada.

Diversos sectores vinculados al arte han culpabilizado a la Junta de no considerar en la práctica al Musac como el museo de arte contemporáneo de Castilla y León, aunque las decisiones sí se tomen en Valladolid. Como ejemplo, el gobierno autonómico decretó el cierre del Musac para el pasado sábado y domingo, como consecuencia del temporal Filomena, a pesar de que en la capital leonesa no cayó ni un copo de nieve.

En los últimos meses, la Consejería de Cultura, la Fundación Siglo —de quien depende el Musac— y el director de este museo, Manuel Olveira, han aireado sus tensas relaciones por el recorte del presupuesto, que obligó a posponer exposiciones anunciadas para el año en el que el museo celebraba su quince aniversario. La gestión de la Fundación Siglo también ha quedado en evidencia tras cuatro sentencias condenatorias vinculadas a su política laboral en el Musac.

A la espera de nuevo director

Este año, tal y como anunció el consejero de Cultura, Javier Ortega, la plaza de director del Musac saldrá nuevamente a concurso. El contrato de Olveira finaliza en junio y, previsiblemente, no volverá a optar al puesto. En su corta vida el Musac ha tenido cuatro directores. El manchego Rafael Doctor fue el encargado de ponerlo en marcha. Fue la época ‘dorada’ del museo, cuando el Musac aparecía hasta en medios de prensa estadounidenses y cada nueva exposición se celebraba a lo grande con fiestas en León y en Madrid.

Tras su dimisión, tomó el mando su estrecho colaborador y restaurador jefe del museo Agustín Pérez Rubio. En su mandato se sucedieron los recortes y, acuciado por las continuas injerencias desde Valladolid, Pérez Rubio también dimitió por «agotamiento». El relevo lo tomó Eva González-Sancho ‘La breve’, que apenas duró en el puesto tres meses. En 2013 Olveira asumía la dirección del Musac. Le ha tocado lidiar este tiempo con menos presupuesto y menos temporadas expositivas.

En los seis primeros años, el Musac superó en cada ejercicio los 100.000 visitantes. Cada temporada el Musac lograba sorprender con proyectos absolutamente llamativos, desde performances con caballos y perros a exposiciones que se podían «comer», extracciones de sangre en directo o las excentricidades del artista Terence Koh, quien exhibió 88 féretros hechos a su medida, sin olvidar la ‘cuarentena’ que protagonizaron los artistas vascos Txomin Badiola, Sergio Prego y Jon Mikel Euba con quince voluntarios, cambiando cada día una exposición en la que, como reconocieron sus ideólogos, «las señoras de la limpieza tenían que decidir qué era arte y qué tiraban a la basura».

Desde su apertura el Musac ha albergado más de 200 exposiciones, a las que hay que sumar otras 38 fuera de León —dentro del llamado ‘Musac off’—. «Un museo está en los almacenes », dijo el primer director del Musac, y en los depósitos del edificio se guardan 1.144 obras de 426 artistas. Una colección que ha costado alrededor de 14 millones de euros.

El sucesor de Olveira no llegará en el mejor momento, con las cifras de visitantes desplomadas y una pandemia de la que no se vislumbra aún el final.

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