Diario de León

Creación de imagen

El que envuelve la cultura en papel de diseño

Óscar de la Huerga es el gran referentes local en la creación de imagen cultural

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León

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«Lo maravilloso es cuando no hay límite en la creatividad», dice. Pero aquí el eureka es cuestión de pico y pala, de boceto en boceto. Porque a Óscar de la Huerga, si es que existen, las musas le pillan trabajando. Y eso que este bañezano es un bon vivant de los que disfruta de tantas cosas que hasta sorprende. Pero junto a su faceta de diseñador industrial desarrolla a la par, y a la misma intensidad, el diseño de productos culturales, porque lo creativo le acompaña en toda su actividad. Y es así un gran referente local en la creación de imagen desde el origen al destino del consumidor.

Un libro, un disco, una caja, un cartel, etiquetas de vino. Él es el que envuelve la cultura en papel de diseño, con la creatividad por bandera y siempre con un punto artístico intrínseco a su personalidad. Y en alguno de esos apartados, hasta se lo fabrica. Cómo conecta cultura con lo otro, De la Huerga lo explica así: «Creo que es una conexión transversal a través de la creatividad».  

Uno va tirando del hilo y hay que parar, porque su actividad profesional siempre anuncia un nuevo servicio. Sería un artesano última generación, aunque él ya ande por la próxima. A niveles informáticos, uso de nuevas técnicas y lo que vaya saliendo. Pero es que además toca en un grupo, El Método, y de vez en cuando corre sus maratones. Así que un alto en Óscar de la Huerga da para mucho y para descubrir que el secreto está en él mismo.  

«El diseñador es algo así como el traductor de lo que se quiere conseguir a través del encargo», explica sobre ese lado misterioso que encierra esta labor, cuando comienza el proceso creativo, y, en su caso, se enfrenta al tema en la soledad de su estudio. Seguro que sufrirá en algún momento, pero transmite siempre altos grados de satisfacción. El diseño del libro sobre Nacha Pop, No me olvido , de Ediciones Chelsea, es suyo. Un disco de Allrighters, reediciones de Los Flechazos, carteles de eventos, junto a desarrollos web de imagen para campañas o con continuidad, son los múltiples soportes en los que centra su labor. Una pegatina o un letrero llevaránn su firma visible o invisible.  

Como aperitivo de su activismo cultural en León inventó lo que sería la primer red social que hubo en la ciudad, un artefacto web insólito cuando Facebook estaba por venir. Muchos recuerdan aquel elrin.com de 1999 (Facebook llegó en 2004) que se convirtió en sitio de contacto para todo tipo de noticias y que tenía un chat en el que lo mismo se repartían abrazos que saltaban chispas de lo lindo. «Después de instalarme en León, pensé en un lugar para compartir desde noticias a opiniones. Estuvo bien, pero cuando la idea se desgastó y empezó a desvirtuarse y además la comunicación evolucionó tanto, vi que era el momento de pararlo. Si entras en Internet, ahí sigue el sitio», explica.  

Si aquí ya había enlazado su trabajo con la cultura alternativa, desde hace unos años su nombre aparece, o no, en multitud de proyectos. De la Huerga es quien ermpaqueta la cultura, el objeto cultural, a través de una idea creativa que abarca todo el proceso: la idea y el resultado final. Y eso puede ser tanto como una caja que encierra aire de Babia o una, de más contundencia, que contiene un chuletón. Y en ambos casos, con la estética y el buen gusto como toma de contacto que el comprador, cliente o similares, recibe al primer vistazo. Él explica que el planteamiento parte de la honestidad de entender lo que se pide y saber hacerlo y que pueda desarrollar su propia idea. Ese es el plan.  

La trastienda es cómo llegar a ello. Esto es, la relación con el cliente de Estudio de la Huerga. «Los hay que parecen muy modernos y luego se asustan con ideas que funcionan. Otros se dejan llevar. Yo empiezo a trabajar y se trata de ir de boceto en boceto. Cuando tengo algo que es bueno, paro. No me digas cómo pero llega un momento que ya sé cuál es», relata.  

Así, de diálogo en diálogo, consigo mismo o con sus interlocutores de trabajo, Óscar de la Huerga lleva veinte años en León aportando siempre ese valor añadido en el sector que tal vez venga de su conexión cultural. O de disfrutar lo mismo con un día de tapeo por la ciudad u otro estudiando los logos que marcan la tendencia. «Si no tienes la implicación, por ejemplo, de fan, te salva el mensaje», afirma. Siempre encuentra así el lado positivo. Y además, eso sí, diseño natural, sin perder la sonrisa.

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