Diario de León

Escalada esconde el boceto en piedra más antiguo de Europa

Del siglo XI, es anterior al conservado en la abadía inglesa de Byland Juan Luis Puente lo revela en el libro que presenta hoy.

Vista del esbozo arquitectónico hallado en la capilla de San Fructuoso de San Miguel de Escalada. JUAN LUIS PUENTE

Vista del esbozo arquitectónico hallado en la capilla de San Fructuoso de San Miguel de Escalada. JUAN LUIS PUENTE

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León

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Lugar: Biblioteca Pública de León.

Hora: 20.00.

E. GANCEDO | LEÓN

Cuando se le pregunta a Juan Luis Puente, veterano investigador y divulgador leonés, eso tan recurrente de «¿de qué va tu libro?», responde que la segunda parte de Firmado en la piedra (Edilesa-esencias) es una obra «de misterios y de preguntas». Y verdaderamente eso es lo que abunda en la obra que Puente presenta hoy en la Biblioteca Pública de León y que sigue el sugestivo y poco convencional sendero trazado hace quince años con un primer volumen del que ya se han impreso ocho ediciones. Pero también hay descubrimientos, sorpresas de lo más curioso. Por ejemplo el hallazgo, en la torre sur de la Catedral, de una figura que representa a la esposa leonesa del maestro holandés Joskeen o Jusquín de Utrecht, el artífice de esa parte del templo, como informó este periódico el pasado jueves.

Otra de las revelaciones del libro tiene que ver con el siempre fascinante e icónico monasterio de San Miguel de Escalada: allí, rastreándolo palmo a palmo, como suele hacer —siempre por medio de una potente linterna y atendiendo a la incidencia de la luz y a los diferentes momentos del día, dado que estos signos apenas son perceptibles a simple vista—, descubrió un grabado circular que más tarde, una vez fotografiado, analizado y comparado, decidió catalogarlo, al menos provisionalmente, como el boceto arquitectónico sobre piedra más antiguo de la Europa Occidental, anterior al que hasta ahora ostentaba esa distinción, de finales del siglo XII y conservado en la abadía de Byland, en el condado inglés de Yorkshire.

«Se trata de un sillar con una serie de línas circulares (¿un arco?) y otro tipo de dibujos, apenas visibles y muy deteriorados, en el contrafuerte de norte del interior de la capilla de San Fructuoso, de finales del siglo XI o comienzos del XII, también llamada Panteón de Abades, en el monasterio de San Miguel de Escalada. Si consideramos como muy posible que el esquema grabado sea contemporáneo de esta parte de la construcción, estaríamos ante uno de los diseños más antiguos conocidos de esbozos de este tipo».

Escalada, la Catedral, los monasterios de Carracedo, Gradefes, Sahagún, templos asturianos, castellanos y riojanos, obras de arte cordobesas y de otros puntos de la entonces España musulmana, petroglifos leoneses y de otras latitudes... En 95 páginas, Juan Luis Puente reproduce y analiza una gran cantidad no sólo de marcas de cantero medieval sino también de signos, inscripciones, dibujos y representaciones inscritas en los más diversos monumentos, con una aproximación a sus posibles significados y un análisis inicial en torno a cuáles fueron y de cuándo datan los primeros símbolos trazados por el hombre en los albores de su historia.

La Pulchra es uno de esos lugares especialmente ricos en simbología enigmática: entre las muchas y muy diversas rúbricas dejadas por quienes elevaron esa maravilla de piedra y luz destaca una realmente rara: una «firma con pintura» (abajo a la izquierda reproducida), con un aspecto que recuerda casi a un jeroglífico egipcio, presente en la ahora retirada para su restauración escultura de la Justicia, de la segunda mitad del siglo XIII.

Marcas dobles, canteros representados con todos los detalles, firmas de artesanos musulmanes, estrellas de seis puntas, fauna tan singular como dos lagartos alzados sobre sus pies fotografiados en la parte alta del claustro de la Pulchra, bandadas de pájaros como los muy bellos de Sahagún... Un tipo de patrimonio habitualmente oculto que Puente saca a la luz en este Firmado en la piedra. Una obra que sorprende, sobre todo, por la cantidad y calidad de unas imágenes cuya obtención es realmente complicada y ha exigido de este autor muchas horas de trabajo, mucha espera, mucha documentación... y una curiosidad infinita.

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