Una escultura que acabó en el río
Cuenta Andrés Seoane hijo que su padre hizo un primer boceto en barro de la escultura de San Jorge que no gustó al Monte de Piedad, propietario de Botines. «Lo tiró al río». Después, a partir del vaciado del madrileño Rafael García Morales haría una réplica que es la que luce desde 1956 en la fachada del edificio diseñado por Gaudí. | dl