Eutimio Martino recibe el «alta científica» de la comunidad internacional

e. gancedo | león

Estos días nieva en Murcia y nada o poco en gran parte de la tierra natal del padre Martino. Un suceso un tanto chocante y de algún modo comparable al hecho de que haya tenido que ser la universidad de aquella comunidad autónoma bañada por el Mediterráneo la que haya editado un gran libro coral en tributo a su extensa trayectoria investigadora. Antigüedad y cristianismo. Monografías históricas sobre la antigüedad tardía. Homenaje al padre Eutimio Martino al cumplir sus 90 años es el largo título de una obra de 434 páginas que condensa lo más selecto de las aportaciones científicas del jesuita sajambriego, con especial hincapié en el campo de la toponimia. Después de darse a conocer en Cistierna y la capital leonesa, hoy a las 19.30 horas la Casa de León en Madrid acogerá un acto señero de presentación del mismo: acudirán, además de Martino, los profesores Antonino González (coordinador del libro) y Miguel Díez, y también el novelista y ensayista Juan Pedro Aparicio.

«Entendemos que, a la vista de la cantidad de autores nacionales e internacionales que escriben en ella o participan de los comités científicos y de redacción de la serie, esta obra supone el ‘alta científica’ que la comunidad investigadora otorga a Martino», reflexionaba ayer su principal colaborador, el historiador Siro Sanz. Y es que, además de amplias notas biográficas, currículum y listados de publicaciones, la obra acerca al lector sus principales —tantas veces valientes, siempre apoyadas en documentos, elementos del paisaje y toponimia— aportaciones a temas como la conquista romana del Norte peninsular y la explicación de nombres de lugar de León, Asturias, Galicia, Cantabria, Tierra de Campos, La Rioja o Murcia.

De especial interés puede ser, además, el capítulo Las aportaciones de Martino juzgadas por los especialistas, donde Antonino González desgrana recensiones, opiniones, críticas y matizaciones, en torno a la obra de Martino, de destacados historiadores, muchos de ellos alemanes. Y también ilustrativas muestras de correspondencia mantenida con varios de ellos.

El propio Martino manifestó en su día que le «colmaba de alegría» el hecho de que lo esencial de su «largo y arduo» trabajo de investigación haya salido a la luz «en una presentación humana, lógica y digna». El interés de una serie de profesionales en toponimia por el trabajo de este jesuita, nacido en Vierdes y catedrático de Filosofía por la Universidad de Comillas, está detrás de un libro cuyo objetivo explicita perfectamente Antonio González en el preámbulo: «El padre Martino es un científico puro y, como tal, ni él se cree infalible ni lo creemos nosotros. Sus teorías son tan discutibles como otras muchas actualmente sobre el tapete. Lo único que pretendemos es ponerlas de relieve, insertarlas en la discusión nacional e internacional, hacerlas conocer al ámbito de la ciencia para que se discutan». Y prosigue: «Opinamos que son muy dignas de tal consideración, que no sólo no desmerecen de otras muy estudiadas hoy con respeto sino que, afirmamos, sus resultados son más verosímiles que bastantes de los de las otras, y en cualquier caso se trata de propuestas que pueden hacer avanzar a la ciencia».

Inmenso conocedor del terreno que pisa, Martino continúa acudiendo incluso a los pueblos más pequeños de León —esos son sus escenarios favoritos— a investigar y a ofrecer conferencias. «Voy con más gusto a dar una charla a Taranilla que a cualquier universidad», suele decir. Ahora, al menos una de ellas lo distingue y homenajea.