Diario de León

OPINIÓN Luciano Magadán (*)

Felipe Magdaleno

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León

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Aunque parezca que fue ayer ya han pasado veinte años desde que el maestro Magdaleno, creador, impulsor y director de la Coral Isidoriana, silenciosamente nos dejó. Efectivamente, el óbito ocurrió en una fría mañana del día 11 del corriente mes del año 1983. Estoy convencido de que poco o nada se va a hacer para recordar esta fecha. Quede al menos este recuerdo a quien lo dio todo en su corta vida, como en verdad les pasa a muchos, a cambio de nada. Sin embargo, estas breves palabras quiero que sean también un mínimo homenaje a tantos hombres y tantas mujeres que formaron parte de esta querida Coral Isidoriana y que han sido la base y el sustento de lo que la misma es en la actualidad, es decir, un coro con un sólido y ganado prestigio y que, al igual que el resto de agrupaciones musicales que tienen su sede en León, tiene que, por su trabajo y esfuerzo, llenarnos de orgullo a todos los leoneses sin excepción. Quiero pues dar las gracias, aunque sea sólo recordando sus nombres a algunos miembros de la Coral con los que compartí, allá por los años 80 los nostálgicos ensayos en aquel viejo caserón de la plaza de Santo Martino. Antes de nada he de decir que muchos nombres se van a quedar en el tintero. Pero no por nada en especial. Sencillamente porque en el momento de redactar estas líneas, escritas a vuelapluma, no me vienen a la memoria. Pero que nadie se ofenda. Para mí, me inspiran tanto cariño o más que a las que individualmente voy a referirme. Gracias a los que fueron compañeros míos de coro y continúan, ¡viva la juventud!, siendo miembros activos del mismo. Todo un ejemplo de constancia y dedicación. Mi afectuoso recuerdo, entre muchos más, para Mª Ángeles Jorde, para Alicia Cardona, para Josefina Álvarez, para Mª Eugenia, para Maruja Castellanos, para Pili Vilariño, para Jesús Arteagabeitia, para Miguel Santos, para Pedro, para Joaquín, para Bergantiños... Gracias a los que fueron compañeros míos de coro y han dejado, por diferentes motivos, de pertenecer al mismo. Mi nostálgica mención especial para Nati, para Mariví, para Elena, para Maruja García, para Mercedes de la Calle, para Conchita Martínez, para Rosa Pereira, para Elena, para Mª Jesús Ragel, para José M. Morán, para Maxi Cañón, para Santos, para Mero, para Galo Fernández Blanco, ¿quién no le recuerda con aquel tremendo chorro de voz?, y ¿quién no se acuerda que durante unos meses estuvo actuando de director improvisado de la Coral hasta la venida de Don Teodomiro?, para Tomás, para Manolo Villa, para Florencia y para tantos otros... Gracias emocionadas a los que fueron componentes de la Coral Isidoriana y cuya muerte significó un gran golpe para todos los que fuimos sus compañeros y amigos. No quisiera olvidarme de ninguno. Si mi memoria no me falla, eran: Eulalia (Laly para todos nosotros), Tere Gordón, Elena Vidal, Pepe Gutiérrez, Emilio Gutiérrez, Julio Barrio, Vázquez y Roberto Visa. En fin, que el maestro Magdaleno siga desde el cielo protegiéndonos a todos y que, contando con el afecto y la comprensión de Diario de León podamos rememorar sin que caigan en el olvido los éxitos de la Coral Isidoriana y la vida y obra de quien fuera su fundador, Felipe Magdaleno. (*)Antiguo componente de la Coral.

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