Diario de León

Literatura

Gaudí contado por el tataranieto de Güell

El director de orquesta Xavier Güell recupera los recuerdos familiares y se mete en la piel del arquitecto en 'Yo Gaudí'

El arquitecto Antoni Gaudi, un personaje que sigue despertando fascinación. ARCHIVO

El arquitecto Antoni Gaudi, un personaje que sigue despertando fascinación. ARCHIVO

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«El 12 de junio de 1926 es un día especial para Barcelona. La ciudad se despierta preguntándose por quién doblan las campanas. Al final todo el mundo lo sabe: es por Gaudí, a quien van a enterrar esa tarde...». Así comienza Yo, Gaudí (Galaxia Gutenberg), de Xavier Güell, tataranieto del hombre que financió a Gaudí en algunos de sus edificios más importantes. Un libro que aporta aspectos desconocidos de un personaje casi tan fascinante como su obra. Y es que Xavier Güell, un consagrado músico que ha dirigido a la Royal Philharmonic Orchestra y uno de los productores musicales más destacados, se mete en la piel de Gaudí para desvelar la contradictoria personalidad de un genio cuya leyenda ha ido creciendo paralela a la admiración que despierta su legado.

Gaudí fue sobre todo un inventor de sueños en piedra, hierro y ladrillo, que desafiaron las leyes estrictas de la arquitectura. Pero también un hombre inquietante, algo excéntrico, seco en el trato, amante del espiritismo, tildado de masón y a la vez ferviente católico. Gaudí se veía a sí mismo como un hombre lleno de carácter: «Yo soy batallador por temperamento; he luchado siempre y siempre me he salido con la mía, menos en una cosa: en la lucha contra mi genio. Con éste no logro acabar». Gaudí ha acompañado a Xavier Güell desde la infancia. «Estaba presente en las conversaciones con mis abuelos, que hacían constantes referencias a él. Era como un mito», según el escritor, autor de La Música de la memoria y Los prisioneros del paraíso, que se pasó la infancia escuchando historias del autor de la Sagrada Familia .

La intimidad de un genio

Güell decidió escribir sobre Gaudí como un medio para reencontrarse consigo mismo. Quería recuperar también la figura de su antepasado. «Me molestaba que solo se le tuviera como un señor rico que encargaba obra. Él era mucho más que esto». Yo, Gaudí tiene una original estructura, a partir de la recreación de 21 cartas que el arquitecto escribió a su amigo Alfonso Trias, abogado e hijo del propietario de la Casa Trias, que se encuentra dentro del recinto del Parque Güell, y que Gaudí escribió en 1911 en Puigcerdà, cuando se recuperaba de una grave enfermedad.

Hay demasiadas lagunas en la vida de Gaudí, un hombre celoso de su intimidad, de cuya vida se conoce muy poco y que murió como un indigente. ¿Era homosexual? ¿Fue masón? ¿Cuál fue su sentimiento religioso? ¿Estaba a favor de una España federal? ¿Por qué dejó la continuación de la Sagrada Familia a sus discípulos menos aventajados? ¿Cuál fue la relación de Gaudí con los otros grandes intelectuales de su tiempo? Xavier Güell da muchas claves sobre el autor de la Casa Botines y el Palacio Episcopal de Astorga.

El escritor sostiene que la Sagrada Familia se ha desnaturalizado, en parte, por culpa del propio Gaudí, al no haber nombrado a Jujol su sucesor. «Ese fue uno de sus poquísimos actos mezquinos», ha dicho. También habla de la relación especial de Gaudí con Trías e interpreta, desde un tono respetuoso, la ideología política del arquitecto, cuyo padre fue miembro de la Lliga de Catalunya. La novela defiende que las creencias de Gaudí acabaron por impregnar su obra y que el arquitecto dejó muchas claves en ellos —como los símbolos masónicos que pueblan el Parque Güell—.

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