Diario de León

El Gaudí más escurridizo

Dos nuevos libros tratan de desentrañar la historia de los edificios construidos por Gaudí. Botines va un paso por delante con nuevos hallazgos.

León

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¿Era Gaudí gafe? Murió atropellado por un tranvía y una década después, al inicio de la Guerra Civil, un incendio en su estudio destruyó para siempre sus maquetas, dibujos y planos. Sin embargo, pocos artistas suscitan tanta curiosidad y tal cantidad de bibliografía, tanto de investigación como de ficción.

Dos nuevos libros, uno referido a sus diseños y dibujos —Gaudí en primer plano— y otro sobre el leonés que le ‘encargó’ un edificio —Simón Fernández, promotor de la Casa Botines—, desvelan aspectos inéditos o poco conocidos del arquitecto catalán y sus proyectos.

Dragones

Federico Vélez Estos animales pueblan Botines, donde en San Jorge se contempla a Perseus, que venció al dragón

Pero la realidad, en lo que se refiere al edificio leonés, va un paso por delante. Hace solo cinco meses la directora del Museo Gaudí Casa Botines, Noemí Martínez Murciego, descubría, bajo el interior de las agujas que rematan las cuatro torres del edificio, que el arquitecto catalán camufló su animal fetiche. Bajo estos sombreretes cónicos hay decenas de cabezas de dragón, realizadas en madera y con la boca semiabierta. Nadie nunca había reparado en ellas hasta ahora, porque son ‘invisibles’ a pie de calle. Murciego las localizó porque sacó el teléfono por la ventana para averiguar el estado de la carpintería en la parte superior del inmueble.

El profesor de la Universidad de León César García Álvarez, uno de los grandes expertos en Gaudí, sostiene que Botines es un gran dragón al que se accede por sus fauces. García Álvarez lleva tiempo intentando descifrar un mueble original del edificio y que resulta revelador sobre la relación del creador y su obra. «Será un descubrimiento de primera magnitud», es todo lo que ha dicho hasta el momento.

Los planos de Botines dibujados por Gaudí también fueron hallados fruto de la casualidad en los años 50 en el interior de la estatua de San Jorge de la fachada, cuando se desmontó debido a su mal estado de conservación. La escultura fue sustituida por una réplica y nadie ha sabido dónde fue a parar la original, que probablemente, se destruyó.

La nueva exposición prevista para la planta principal de Botines mostrará por primera vez al público los planos y dedicará espacio a la historia de las familias propietarias y a lo que significó Botines en su época. Esther Díez y José Manuel González acaban de publicar un libro dedicado al empresario Simón Fernández, que junto con Mariano Andrés, fueron los promotores de Botines.

También es llamativa la orientación astral del edificio. Una de las salas del Museo Gaudí recrea la cúpula celeste el día de San Jorge, 23 abril, con las constelaciones de la Hydra (serpiente), Leo minor (el León menor), Ophiucus (cazador de serpientes) o Draco (el dragón). El arquitecto dibujó la constelación en los planos que envió a León en diciembre de 1891. El día de San Jorge Botines se transforma en un observatorio astronómico desde el que contemplar a Perseus, que venció al dragón, y Lacerta, el lagarto que sirvió de modelo para la escultura de la fachada principal de Botines, cuya planta trapezoidal coincide con las de la Osa Mayor, la Osa Menor y Draco.

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