Diario de León

De la ginecocracia astur a la autonomía 18

Rogelio Blanco desgrana mañana en Astorga los casos de heterodoxia más relevantes de Maragatería y el reino de León

Rogelio Blanco durante el congreso de participación y democracia celebrado en León. J. CASARES

Rogelio Blanco durante el congreso de participación y democracia celebrado en León. J. CASARES

León

Creado:

Actualizado:

En formato de filandón, en el salón de actos de la Biblioteca de Astorga, el erudito Rogelio Blanco desgrana mañana, a partir de las 19.00 horas, los casos de Heterodoxos y Heterodoxias en Astorga y Maragatería. Un afluente de su extensa obra en torno a los heterodoxos españoles, publicada por Lobo Sapiens, que tendrá su colofón con la última heterodoxia leonesa: la utopía de la autonomía 18.

La heterodoxia, esa «verdad anticipada que acaba convirtiéndose en ortodoxia, que no siempre tienen que ver con la religión», han tenido en León un extenso y prolongado campo de cultivo. Desde la época astur en que Estrabón y otros cronistas romanos «intentaron justificar las guerras de invasión buscando algún casus belli como grado de barbarie».

Entre las tribus astures, los amacos, una de las razones es que «celebraban asambleas en las que participaban las mujeres», seres que además heredaban el linaje. Toda una heterodoxia, una utopía o una de esas verdades anticipadas, que dice Rogelio Blanco, que chocó con la sociedad sustentada en el pater familias del imperio romano. Hete aquí que veintiún siglos después la heterodoxia astur es, casi, casi, la ortodoxia de las sociedades democráticas que han encontrado en la igualdad uno de sus nortes.

De vuelta a Asturica, que comprendía también el actual Bierzo, Blanco rescatará figuras como la de Prisciliano, «el primer hereje que la iglesia mandó a la hoguera por soñar un cristianismo diferente». Prisciliano creció a la vera del castro Bergidum Flavium, en el Cacabelos actual.

Hablará también de San Dictinio, otro «hereje» que fue obispo de la diócesis asturicense, inicialmente priscilianista. Los mismos maragatos, como pueblo, entran dentro de la categoría de los heterodoxos. La rebelión de los maragatos en Brasil, que dio lugar a la primera Constitución del país y que ha convertido al gentilicio en sinónimo de progresista o liberal es uno de los ejemplos más contundentes.

Dando otro salto en el tiempo y en la geografía, Rogelio Blanco hablará de Diego Muñoz Torreros, que fue chantre en la colegiata de Villafranca del Bierzo, donde le pilló la francesada y luchó contra las tropas napoleónicas. Poco después se convertiría en el primer presidente de las Cortes de Cádiz y diputado por Extremadura. Ya había sido rector de la universidad «leonesa» de Salamanca, fundada por el rey Alfonso IX y cuna del ius naturalis, al que se llega «porque hay todo un sustrato de ordenanzas concejiles, fueros...» propios del reino de León, como subraya Rogelio Blanco.

Heteorodoxo fue Lázaro Bardón, quien junto con Fernando de Castro, fue uno de los defensores en España del fin de la esclavitud y de la emancipación de las mujeres a través de la educación.

Antolín López Peláez, nacido en Manzanal del Puerto y que estudió en Astorga, llegó a arzobispo de Tarragona después de fundar en Albares de la Ribera la primera escuela de enología.

La misma masonería, con Los hijos de la Constanza y el Triángulo de Astorga, o que la capital maragata sea la cuna de la primera agrupación socialista son otros ejemplos de la heterodoxia local que repasa Rogelio Blanco, doctor en Pedagogía, licenciado en Antropología y Ciencias del Hombre y en Filosofía y Letras, fue técnico de Bibliotecas y Archivos en el Ministerio de Cultura y director general del Libro de 2004 a 2011.

Ahora está volcado en la que considera otra «heterodoxia leonesa». La reivindicación de la autonomía 18, con la salida de León del actual mapa autonómico en conjunción con Castilla. No sabe a dónde llegará, pero después de pasear por León tiene claro que «peor no puede ir. León está en liquidación y derribo. Hace diez años veíamos este desastre en los pueblos y ahora ha llegado a la ciudad». Su objetivo es sacar la causa fuera de la provincia, «a los dos pueblos más grandes de León, Madrid y Barcelona, incluso Gijón», apostilla Blanco. «Heterodoxo es alguien que pregunta y alguien que ha leído» y aquí se encuadra también, apostilla, «la necesidad de la utopía y la memoria».

tracking