Diario de León

El Grial derrama polémica

El historiador francés Patrick Henriet cuestiona la autenticidad de los pergaminos árabes que sustentan la teoría de que el cáliz de Doña Urraca es el Grial y acusa a Margarita Torres y José Miguel Ortega de «borrar la línea roja» entre ciencia y novela .

Publicado por
ana gaitero | león
León

Creado:

Actualizado:

El cáliz que Doña Urraca ofreció a la basílica de San Isidoro en el siglo XI con sus joyas personales y que ahora se venera como Grial de la última cena de Cristo, derrama polémica. El exitoso libro Los Reyes del Grial, de Margarita Torres y José Miguel Ortega es atacado por el medievalista francés Patrick Henriet en un artículo que publica este mes en la revista l’Histoire.

Bajo el título ‘Le Graal est à León! Henriet, director de Estudios en l’École Pratique des Hautes Études en París, lanza la acusación de «cómo historiadores muy serios han inventado una reliquia en la España del siglo XXI». Tras reconocer el éxito editorial, el libro «abracadabrante» va por la quinta edición, y turístico para la ciudad, de 135.000 habitantes, el historiador entra en materia de forma muy crítica.

Henriet cuestiona el papel que juegan los dos pergaminos árabes datados en el siglo XIV que, según el libro, explican, uno, «cómo, en 1055, la copa habría llegado desde Jerusalén hasta la taifa de Denia, por orden del soberano fatimí» quien posteriromente lo ofreció a Fernando I. «Todos los protagonistas de esta historia sabían que se trataba de la copa de la última Cena y la veneraban especialmente pues su reputación la hacía acreedora de grandes poderes», apunta.

El segundo pergamino cuenta que «Saladino en persona (¡!) relata que un trocito del Grial se había desprendido antes de su viaje a Denia. Este fragmento, dotado de poderes milagrosos, habría permitido curar a su hija», añade. «Todo el asunto ha sido pensado por nuestros dos autores y falta efectivamente una esquirla en el cáliz leonés. Corresponderá a los arabistas (decir) en qué momento se produce el fraude: ¿cuándo fueron realmente copiados estos pergaminos? ¿Por qué se han encontrado ‘juntos’?».

Patrick Henriet escribe a continuación que ambos textos «son recogidos por los autores de forma maliciosa junto con referencias auténticas» para tachar toda su teoría de «erudición de bazar» que «con habilidad» pretende «dar apariencia de veracidad a un inverosímil montaje no exento de seducción». El historiador francés se pregunta por qué no existe referencia alguna al acontecimiento en documentos medievales. Pero «Margarita Torres Sevilla y José Miguel Ortega del Río tienen respuesta a esta objeción: Fernando I y su entorno, temiendo el robo de tal tesoro, lo habrían mantenido en secreto para no llamar la atención. ¡Solucionado!». Sin embargo, el mismo monarca dio gran pompa y publicidad a la llegada a León de las reliquias de San Isidoro.

«La erudición desplegada por los autores muestra rápidamente sus limitaciones», apostilla para desvelar un error de bulto de Los Reyes del Grial que no se ha corregido hasta la edición inglesa. Los autores incluyen en el libro un tapiz pre-rafaelita realizado en el taller de William Morris y expuesto en Londres en 1893 que Torres y Ortega consideran una «miniatura iluminada medieval».

Henriet critica que el mito del Grial se presenta en el libro patrocinado por la Fundación Monteleón «como eterno, es decir, tan antiguo como los acontecimientos a los que se refiere (la Pasión de Cristo)», cuando en realidad sus orígenes «se remontan al final del siglo XII y a los romances franceses denominados “del Grial”» aunque haya menciones a la copa de la Última Cena a partir del siglo V o del VI (la guía para uso de peregrinos denominada “Brevarius A”)». Pero el libro trata ésto de «manera confusa», apostilla.

Lo sorprendente del hallazgo del Grial en León, concluye, «es que venga de la mano de una profesora de la Universidad, autora, por otra parte, de trabajos estimables. Y es aquí donde reside la gran originalidad de este “descubrimiento”, más que en la pretension de poseer una reliquia célebre».

Reliquias hay muchas y griales también, el historiador cita los que ‘están’ en Hawkstone Park (Shropshire, Reino Unido), en Nantes, en Génova, en Dublín, en Nueva York o en Valencia. «La «invención» de una reliquia tenida entre las más prestigiosas es un efecto sin duda colateral del éxito de Indiana Jones y la última cruzada y del Código Da Vinci», agrega.

Pero «escribir un libro académico 15 páginas de bibliografía (en la que «hubiera preferido no aparecer») y con más de 350 notas pseudo-eruditas «no trae más consecuencia que la de borrar la línea roja que separa el trabajo científico del que hace el novelista. El «oficio de historiador», tan querido para Marc Bloch, queda ridiculizado», remarca. Se puede uno reír, concluye Henriet, pero hay que hablar claramente.

Preguntado por este periódico, el catedrático de Historia Medieval de la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Ayala, se ha mostrado de acuerdo con el artículo de Henriet. «Convertir en historia una leyenda es una opción no sólo imposible, sino vedada para los historiadores», asegura.

Subraya que la leyenda del Santo Grial nace a finales del siglo XII en medios literarios y añade que «los supuestos documentos árabes» contienen una «detallada información más que sospechosa y, desde luego, inadecuada al momento cronológico que se les atribuye».

Alejandro García Sanjuán, profesor titular de Historia Medieval en la Universidad de Huelva, señala que «esos documentos (sean o no auténticos) no son más que una parte de una argumentación general, más amplia, que es la que sostiene las pretensiones de los autores».

«Patrick Henriet es un muy destacado especialista en temas de hagiografía, lo que incurre el estudio de las vidas de santos, leyendas, mitos etc..,. Y estoy plenamente de acuerdo con todas sus observaciones», indica Carlos Estepa, medievalista investigador del CSIC. El profesorado de la ULE consultado no ha respondido.

tracking