Diario de León

LAS MEDIDAS DE MONTORO

Hacienda amordaza a Gamoneda

La Seguridad Social penaliza al premio Cervantes y a escritores jubilados por cobrar la pensión y derechos de autor. «Tendré que dejar de escribir», anuncia el poeta leonés

El poeta leonés Antonio Gamoneda, ahora ‘perseguido’ por Hacienda, charla con el Nobel Mario Vargas Llosa

El poeta leonés Antonio Gamoneda, ahora ‘perseguido’ por Hacienda, charla con el Nobel Mario Vargas Llosa

León

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«Una legislación absurda, injusta y destructiva de la cultura». Así califica el poeta leonés Antonio Gamoneda la reforma de las pensiones del Gobierno de Rajoy, que impide a los creadores cobrar la jubilación si se perciben derechos de autor. La Seguridad Social quiere penalizar al premio Cervantes. Gamoneda lo tiene claro: «Dejaré de escribir».

La legislación actual pone a los creadores jubilados que deseen continuar su actividad intelectual en la disyuntiva de hacerlo gratis, desertar para siempre o renunciar a su pensión. «Es terrible. Si termina imponiéndose, ¿qué vamos a hacer los escritores, los científicos y los creadores? Es un disparate. Yo tendré que dejar de escribir, porque, con lo que gano con mi escritura, no puedo vivir», confiesa Gamoneda, una de las voces poéticas más importantes de las últimas décadas.

La normativa considera incompatible percibir una pensión si los derechos de autor generados superan el salario mínimo interprofesional con carácter anual, unos 9.000 euros brutos.

Lo curioso es que los ministerios de Hacienda y Empleo no están de acuerdo. Para el primero, cuantos más ingresos, más impuestos; mientras el segundo es partidario de que dejen de cobrar pensión si reciben dinero de la Sociedad General de Autores (Sgae) —que no deja de ser un organismo privado—. En lo que sí se han puesto de acuerdo es en ‘cruzar’ datos de la Tesorería General de la Seguridad Social y de Hacienda, a fin de averiguar qué autores, compositores y creadores tributan ingresos adicionales a su pensión y a los que ha instado por carta a aclarar el origen de esos complementos. En Cataluña, según publica El Español, es habitual que lleguen a acuerdos, pero en Madrid la orden es de «no perdonar». Gamoneda y Caballero Bonald han sido los primeros en ser penalizados.

Según esta publicación, en la misma situación que los dos premios Cervantes se encuentran Javier Reverte o Eduardo Mendoza –que tuvo que pagar multa–, ya que el Ministerio de Empleo les pide cuatro años de pensión en caso de que incurran en esta «ilegalidad».

La rebelión

Hace dos meses decenas de escritores, compositores, cineastas y demás intelectuales simbolizaban una protesta ante las medidas legislativas adoptadas por el Gobierno. El dibujante Forges, los escritores Javier Reverte, Marta Rivera de la Cruz o Paula Izquierdo, el fotógrafo Chema Madoz, el cantaor José Mercé, el músico Javier Campillo o la dramaturga Paloma Pedrero se plantaron ante las puertas del ministerio al tiempo que le dejaban una carta a Fátima Báñez. «Más allá de las consecuencias que puede suponer esta normativa en el plano personal de cada autor, nos preocupa el daño que se produce al privar a toda una sociedad, de las aportaciones que puedan realizar nuestros creadores en una etapa de su vida en la que el grado de madurez, experiencia y sabiduría deberían ser cuidadas y no rechazadas por obsoletas», decía la misiva.

La Sgae —como portavoz también de Vegap (Visual Entidad de Gestión de Artistas Plásticos), de la Asociación Colegial de Escritores) y de Cedro (asociación que gestiona los derechos de autor y de propiedad intelectual de los autores y editores españoles), entre otros— trasladó una declaración conjunta a los ministerios de Cultura, Empleo y Seguridad Social en la que defiende «el derecho a seguir creando tras la jubilación».

Contradicciones

En plena campaña electoral Rajoy prometió eliminar la tributación por IRPF a las personas que prolonguen su vida laboral más allá de los 65 años. «Hay mucha gente que no quiere jubilarse porque se encuentra bien. Pues no pagará IRPF y así el Estado se ahorra una pensión», dijo el presidente del Gobierno. Una medida que beneficiaría a unos 50.000 trabajadores asalariados, la mitad de ellos con rentas superiores a los 30.000 euros.

Más sangrante aún es que la ley que penaliza a Gamoneda y los escritores veteranos no afecta a sus herederos. Es decir, que los descendientes de los creadores podrán cobrar la totalidad de su jubilación y los derechos generados por las obras de sus progenitores.

«Parece ser que los capitalistas jubilados que tienen acciones en la bolsa o reciben beneficios empresariales pueden cobrar tranquilamente su dinero y la pensión. Y resulta que nosotros, que hemos hecho un modesto capital con nuestros derechos de autor a lo largo de toda nuestra vida, no podemos tener ese beneficio. ¿Pero esto qué es? ¿En qué país estamos? A ver si por favor hay un poco de respeto a la cultura y dejamos de acosar, destrozar, arruinar y arrasar todo aquello que tenga que ver con la inteligencia», aseguró el dibujante Forges en noviembre, a las puertas del ministerio.

Se le olvidó mencionar que los bancos y grandes empresas energéticas y de telecomunicaciones pagan a sus altos ejecutivos pensiones de jubilación que son compatibles con la de la Seguridad Social.

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