El hombre que ‘escayoló’ San Isidoro

verónica viñas | león

Ricardo Orueta tenía un sueño: salvar los tesoros medievales de León y darlos a conocer internacionalmente. Para ‘transportar’ por el mundo la joya del románico, hizo réplicas en yeso de la urna de oro con los restos de San Isidoro, el tímpano de la Puerta del Cordero o las doce metopas con el zodíaco.

El afán protector de Orueta, director de Bellas Artes en la II República y el hombre que rescató algunos tesoros leoneses de caer en manos de multimillonarios norteamericanos que pretendían comprarlos a precio de saldo, le llevó a hacer ingentes copias en escayola de obras maestras. El profesor de la Universidad de León José Alberto Morais, que ayer impartió una conferencia en Sierra-Pambley para salvar del premeditado olvido a Orueta, investiga ahora el ‘viaje’ de aquéllas piezas de yeso, en paradero desconocido. Morais, profesor en Chile hasta hace tres meses, ha conseguido que la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso financie este proyecto, titulado Europa y América en la construcción del románico español (1850-1950). Sabe que los vaciados en yeso de la arqueta de San Isidoro «se han perdido», aunque se conserva uno en León. También el Museo Arqueológico Nacional guarda otro vaciado de una pila bautismal de estilo latino-bizantino (siglo X) de la colegiata.

Orueta, tutor en la Residencia de Estudiantes de Buñuel, Dalí y de Lorca —al que acompañó en una visita a León—, contó con el permiso del cabildo isidoriano para reproducir sus tesoros. Unas copias que se llevó a Madrid, al desaparecido Museo Nacional de las Reproducciones Artísticas, cuyos fondos acabaron recientemente en el Museo Nacional de Escultura, fundado en Valladolid en 1933 por el propio Orueta. Sin embargo, en el Colegio San Gregorio, sede del citado museo vallisoletano, no está la urna de San Isidoro. El director general de Bellas Artes en los tres años previos a la Guerra Civil quería tener reunido en el Museo de las Reproducciones, ubicado en el desaparecido casón del Buen Retiro, el mejor arte medieval de España.

«Lo que sí conserva el archivo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) son las peticiones de Orueta al cabildo para que le dejasen fotografiar cada detalle», explica Morais. «Es el momento», añade, «de la fiebre por vaciar en yeso todo, incluso el Pórtico de la Gloria de Compostela», que actualmente exhibe el Victoria & Albert Museum de Londres.

Orueta consigue dar visibilidad al arte medieval leonés. De hecho, lleva el cáliz de Doña Urraca —el Grial— a la Exposición Universal de Barcelona de 1929, comisariada por Gómez Moreno, gran conocedor del arte leonés y autor del conocido Catálogo monumental de la provincia de León. Este periódico publicó en tres partes, los días 10, 11 y 12 de junio de 1929, la lista íntegra con las 150 piezas donadas por la provincia leonesa a la gran exposición de la Ciudad Condal.

Orueta fue uno de los primeros historiadores en tomar conciencia de la importancia de las fotografías. Su ingente colección es una auténtica joya, con estampas increíbles de cómo eran algunos monumentos y, sobre todo, de los estragos que provocó la rapiña y la desidia en muchos de ellos. En una de sus instantáneas aparece tirada en la hierba la lápida sepulcral de los Ansúrez, una joya que hoy está en el Museo Arqueológico Nacional gracias a que Orueta la localizó en Harvard.

Hoy, a las 20.00 horas, el investigador del CSIC Miguel Cabañas Bravo, uno de los comisarios de la exposición Esto me trae aquí que alberga ahora la Fundación Sierra-Pambley, hablará en esta institución de Ricardo de Orueta, guardián del tesoro artístico español.

El arca de oro con las reliquias de San Isidoro del que se hizo el vaciado en yeso.  DL