El huracán Malikian arrasa el Palacio

Ara Malikian dejó ayer constancia de que es un violinista sin medias tintas. No concibe ni la música ni su interpretación sin las dosis de espectáculo llevadas a la máxima intención. Ayer, en el Palacio de Deportes, confirmó en su visita a León que sus principios se mantienen intactos. Por una lado, porque conserva la memoria de lo que fue su infancia, la guerra del Líbano, los bombardeos, el exilio... Y los aplica en este espectáculo en el que incorpora la palabra Garage al más puro estilo de las bandas del rock más alternativo. Puede que nunca haya querido ser una estrella del rock, pero lo parece. Y lo que sí quedó claro ayer es que afronta los conciertos como si fueran los últimos. Clásico inclasificable, Malikian va camino de convertirse en un músico único, que, de momento, para el que quiera asistir a un show tan completo, sólo tendrá la opción de volver a verle. | dl